Para Chile, “Larry Changa”, era como “el Pablo Escobar” de ese país
El viernes pasado, el mismo día que fue enviado a la cárcel Salomón Fernández Torres, líder del Tren de Aragua en Bogotá, se llevaba a cabo en la misma ciudad una reunión entre fiscales e investigadores chilenos y colombianos en el búnker de la Fiscalía.
Era la primera vez que judiciales de esos dos países se reunían presencialmente para hablar sobre la banda criminal transnacional más sólida en Suramérica, un encuentro que debió ocurrir mucho antes, reseña un trabajo del diario El País.
Aunque el Tren de Aragua es una de las estructuras criminales transnacionales más poderosas en el continente —que nació en Venezuela, pero ya se afianzó en Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil y Estados Unidos—, la colaboración transnacional no ha sido tan rápida y eficiente como el actuar de los criminales.
Unas capturas recientes, como la de Salomón Fernández, señalan que eso puede estar cambiando.
Una de las dificultades para la investigación trasnacional, hasta el momento, ha sido la actitud del gobierno de Venezuela.
Hace solo tres meses el canciller de ese país, Yván Gil, decía que el Tren de Aragua era “una ficción mediática internacional”, algo que el Gobierno chileno catalogó como “un insulto a los pueblos de Latinoamérica”.
Cuando las autoridades colombianas capturaron hace una semana a Larry Álvarez Núñez, conocido como “Larry Changa”, un cofundador de la organización buscado por las autoridades en Chile, la ministra del Interior, Carolina Tohá, recalcó la actitud colaborativa de Colombia, y la ausencia de Venezuela.
“Colombia detiene a esta persona porque es buscada por delitos graves, va y las detiene, no hay ningún problema. Quisiera que eso pasara con la situación con Venezuela”, dijo Tohá a la prensa.
Aunque la colaboración judicial sudamericana haya sido lenta, el caso de Larry Changa abrió una puerta para fortalecerla. “Él era como el Pablo Escobar en Chile”, dijo a El País, una fuente que conoce de cerca el proceso contra Changa.
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En Chile lo conocen bien
Su nombre, de hecho, no había estado tan presente hasta ahora en los expedientes judiciales colombianos sobre la organización delictiva Tren de Aragua, a pesar de que es uno de los cabecillas.
De él, en Colombia, solo se ha dicho que es uno de los cofundadores de la mega banda, nacida en 2005 en el Centro Penitenciario de Aragua, en la población Tocorón, en Venezuela.
Su accionar, sin embargo, sí lo han documentado al detalle las autoridades chilenas desde 2022, cuando identificaron que Álvarez era el cerebro delincuencial del Tren en ese país.
Su captura el pasado 1 de julio en zona rural de Circasia (Quindío), en plena zona cafetera colombiana, ha sido un tema central en Chile, país que ya formalizó su solicitud de extradición el pasado viernes, 5 de julio.
El caso de Salomón
El que sí estaba en la mira de las autoridades colombianas, aunque apenas desde mayo pasado, era Salomón Fernández Torres, conocido como “Salomón” y a quien se le atribuye ser el máximo líder de la organización en Bogotá.
Después de un mes de inteligencia policial, el pasado 27 de junio fue capturado en el municipio de Aguazul, en Casanare, una región ubicada en los llanos orientales.
La Fiscalía le imputó los delitos de homicidio, concierto para delinquir agravado y fabricación, tráfico y porte de estupefacientes. Aunque el proceso judicial apenas comienza, permanecerá en la cárcel mientras un juez determina su responsabilidad en varios crímenes cometidos en la capital.
Una fuente cercana al proceso judicial le dijo a este diario que Fernández estaba en Bogotá desde 2018, ciudad a la que llegó con la fachada de ser un empresario prestante que residía al norte de la capital.
“Esa persona era un hombre de confianza de “Giovanny”, el máximo líder del Tren de Aragua en Colombia, y quien le rinde cuentas a Héctor Guerrero (El Niño Guerrero), el jefe de la organización en Venezuela”, dijo la fuente.
Para las autoridades, la captura de “Salomón” representa el golpe judicial más duro a esta banda criminal en Bogotá.
Del Tren de Aragua en la capital se tiene registro desde 2018, cuando llegaron específicamente a las localidades de Bosa y Kennedy con la finalidad de captar y controlar territorios para el microtráfico, la trata de personas, las extorsiones y los secuestros.
La misma fuente cercana al proceso advirtió que tienen información de inteligencia que determina que ahora están intentando expandir sus tentáculos hacia Medellín y Cartagena.
Antes de que a “Salomón” la Fiscalía colombiana le pusiera nombre y cara, varios de sus integrantes se referían a él como “el hombre fantasma” o el “líder de las finanzas”, porque era el encargado de llevar los números y las ganancias del crimen en Colombia.
Aunque, hasta ahora, no hay ninguna hipótesis que hile alguna relación entre los capturados más recientes, “Larry Changa” y “Salomón”, la justicia ha abierto nuevas líneas de investigación transnacionales para encontrar más información sobre sus operaciones.
El hombre “fantasma”
En Chile y Colombia, la justicia ha tenido que volcar sus esfuerzos para investigar el crimen organizado urbano que representan.
EL PAÍS habló con Raúl Arancibia, exfiscal regional chileno, quien fue una de las primeras personas que, en 2021, investigó la presencia del Tren de Aragua en la región de Tarapacá, al extremo norte del país, sobre la frontera con Bolivia.
“Las primeras pistas que tuvimos fueron noticias de tráfico de migrantes que estaban siendo detenidos por traficar ketamina, una droga que en Chile no era tan conocida para entonces”, dice.
Cuando la Fiscalía de ese país comenzó a indagar sobre los crímenes en la frontera con Bolivia, relacionados con la trata de mujeres, el tráfico de migrantes y el tráfico de drogas, dieron con los primeros nombres de quienes estarían detrás de esa red criminal: Carlos González Vaca (“Estrella”), Hernán Landaeta Garlotti (“Satanás”) y, justamente, Larry Álvarez Núñez (“Larry Changa”).
Los dos primeros fueron capturados en marzo de 2022 en medio de tres operativos simultáneos realizados en Chile. Sin embargo, en ese momento, la información que tenían las autoridades de “Larry Changa” era limitada y apenas comenzaban a identificar su rol dentro de la organización.
En los últimos años este hombre era buscado por las autoridades de 196 países.
Según el exfiscal del caso, quien es además una de las personas que más conoce el actuar criminal del Tren de Aragua, “Larry” huyó del país luego del operativo en el que capturaron a once integrantes de la banda.
“Larry Changa para nosotros era un ser bastante desconocido inicialmente. Cuando salió del país, después de haber vivido legalmente varios años en Chile, logramos entender la importancia que tenía en la organización, que lamentablemente no la supimos a tiempo. Él pudo huir de Chile sin que nosotros hubiéramos conocido de su importancia”, cuenta.
Lavado de dinero
Para la periodista venezolana Ronna Rísquez, quien ha investigado al grupo criminal desde sus comienzos, una de las líneas aún pendientes por conocer en la justicia son las formas en las que el Tren de Aragua lava el dinero producto de sus actividades delictivas.
“En casi todas las provincias chilenas abrieron líneas para investigar el lavado de activos. Eso fue una novedad y puede dar pistas de sus alcances y tentáculos más altos”, dijo.
Algunos de los negocios que investigan las autoridades colombianas están relacionados con la compra de franquicias de concesionarios, lavaderos de vehículos y negocios callejeros, que estarían siendo utilizados para blanquear los capitales de las extorsiones, homicidios, secuestros y el microtráfico.
En lo que coinciden todas las autoridades es en que el fenómeno de la migración y la debilidad del sistema judicial venezolano ha incidido en el crecimiento del Tren de Aragua.
De hecho, la justicia de ese país es, hasta ahora, la única que no ha contribuido judicialmente con información para investigar la banda transnacional.
Algunos reportes judiciales colombianos indican que su presencia ya se expandió hasta Estados Unidos, donde han tenido presencia en los estados de Florida y New York.
“Es probablemente una de las bandas transnacionales más poderosas que estemos enfrentando en la justicia”, dice la fuente judicial.