VUELVEN los ATAQUES: EE. UU. vuela tres lanchas en el Pacífico oriental y mata a 8 personas
Con estas acciones se elevan a unos 90 personas muertas
Estados Unidos vuelve a atacar embarcaciones en América Latina. Esta vez dejó ocho víctimas fatales, tripulantes de tres lanchas en el Pacífico oriental, cerca de Colombia.
El lunes 15 de diciembre, en el marco del operativo 'Lanza del Sur' (Southern Spear), por orden del secretario de Defensa, Pete Hegseth, la Fuerza de Tarea Conjunta llevó a cabo "ataques cinéticos letales contra tres embarcaciones operadas por organizaciones terroristas designadas en aguas internacionales", afirmó el Comando Sur en su cuenta en X.
"La inteligencia confirmó que las embarcaciones transitaban por rutas conocidas de narcotráfico en el Pacífico oriental y que estaban involucradas en actividades de narcotráfico. En total, ocho narcoterroristas de sexo masculino murieron durante estas acciones: tres en la primera embarcación, dos en la segunda y tres en la tercera", dice el reporte.
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El hecho se produce en un contexto en el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado en repetidas ocasiones que iniciará operativos en tierra en Venezuela con el argumento de desmantelar las redes de narcotráfico. La semana pasada, además, afirmó que el presidente colombiano, Gustavo Petro, era “el siguiente”.
Estados Unidos afirma que su objetivo con la operación 'Lanza del Sur' es interrumpir el flujo de narcóticos y eliminar amenazas terroristas que utilizan rutas marítimas para sus actividades ilícitas.
El despliegue militar de EE. UU. en el océano Pacífico y el mar Caribe ha dejado más de 26 embarcaciones destruidas y unas 90 personas asesinadas. Expertos en derecho internacional consideran que son ejecuciones extrajudiciales.
Legisladores estadounidenses han cuestionado a Hegseth por estos ataques, en particular por un segundo ataque contra una embarcación, dirigido a dos personas que habían sobrevivido a un primer ataque.
Desde septiembre, Estados Unidos ha reforzado de forma sostenida su despliegue militar en aguas internacionales de la región; de hecho, este despliegue naval sería el más grande del país norteamericano desde la Primera Guerra del Golfo, según un estudio de expertos del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
Ese aumento de capacidades militares se traduce en hechos concretos: la presencia del portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque en el área, la incautación de un petrolero venezolano y el uso de aeropuertos en Trinidad y Tobago para operaciones logísticas, incluido el reabastecimiento y la rotación de personal.
Ubicada a solo 12 kilómetros de Venezuela, en su punto más cercano, la nación caribeña ha respaldado el refuerzo militar estadounidense en la región. En respuesta, Maduro afirma que su país dejaría de suministrar gas a Trinidad y Tobago.
El Gobierno de Estados Unidos no reconoce la legitimidad de Maduro en Venezuela y lo acusa de liderar el Cártel de los Soles, un supuesto grupo vinculado al narcotráfico.
El presidente venezolano Nicolás Maduro ha condenado los ataques de Estados Unidos como acciones ilegales y agresiones directas que forman parte de una estrategia para justificar la intervención extranjera y facilitar el saqueo de los recursos energéticos del país, en particular su petróleo y gas.
Con información de agencias y France24

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