Se nos prohibieron los besos y los abrazos, no tocarnos hace falta; abrazar es necesidad, te contamos qué pasa cuando falta contacto físico
Cuánto extrañamos abrazar… No poderlo hacer, tampoco acariciar, besar y ni siquiera “chocar esos cinco” está produciendo incertidumbre e inestabilidad emocional.
La ausencia de contacto físico durante esta pandemia está afectando a la salud mental. Son trastornos de estrés postraumático que se reflejan, principalmente en personas que viven solas.
Como el tacto es el primer sentido que desarrollamos y es a través de las caricias de nuestros padres que crecemos físico, emocional y cognitivamente, es por eso que tanta falta nos hace.
Esa carencia afectiva ocasionada por la falta de contacto físico puede invadirte, algo que sucede especialmente en una sociedad como la nuestra donde abrazar, tocar es especialmente importante.
Además, al abrazar y cuando abrazas ayudas a calman el dolor o ahuyentan el miedo, es la manera que tenemos los seres humanos de canalizar sentimientos, afectos, cuidados y seguridad, sobre todo en situaciones de tensión e incertidumbre,.
Los psicólogos recomiendan seguir transmitiendo cariño con las palabras.
La falta contacto físico
Esa inestabilidad emocional y alteraciones de comportamiento que observan los especialista en consulta se refleja en “estrés que se incrementa con el sufrimiento y la tristeza que padecen quienes no tienen la posibilidad de acompañar físicamente a su familiar enfermo o ni siquiera poder despedirse de él en caso de fallecimiento”, explica el psicólogo clínico Juan Cruz en la Revista Eroski.
Además favorecen la aparición de duelos patológicos -vivir en estado constante de duelo– y estrés postraumático, y tendrán efecto a largo plazo.
Abrazar, fundamental para el desarrollo del cerebro, pues esa presión que ejercemos en el cuerpo del otro al abrazar o besar activa áreas del cerebro donde se libera oxitocina y serotonina -hormonas del placer-.
Tocar nos relaja y tranquiliza y, justo hace falta en esta pandemia porque lo hacemos precisamente en los momentos de vulnerabilidad cuando sentimos más necesidad de dar y recibir abrazos.
Toca con la palabra
Hasta que todo pase y podamos volver a tocarnos, podemos compartir emociones en la distancia para ello es importante reforzar nuestra manera de comunicarnos.
Estos trucos nos pueden ayudar:
- Acude a las emociones que nos unen: lo que decimos es importante, pero también cómo lo decimos. Conecta con el otro, acude a lo que te une con él como su sentido del humor, el gusto por la misma música o la fe.
- Dale importancia del lenguaje no verbal y a la escucha activa: escucha las quejas, el dolor o la tristeza del otro, pero hazlo mostrando atención, que sepa que estás ahí y tu mirada acompañe su discurso.
- Resalta las palabras y expresa la emoción: marcando ritmo y cadencia al hablar. Utiliza ahora tus palabras como si fueran una extensión de tus manos.
- Transforma la realidad con el poder de tus palabras: crea en tu mente la realidad que quieres y transmítelo al otro.
Con información de Eroski