La ‘Argania spinosa’ crece en el suroeste marroquí, entre las villas costeras de Agadir y Esauira. En unas 8.000 hectáreas se contabilizan 21 millones de ejemplares de esta especie de almendro
El aceite de argán no es una moda y menos pasajera. Es un producto que durante cientos de años ha sido usado como uno de los cosméticos naturales más efectivos para el cabello, piel y uñas, además de ser el modo de supervivencia de mujeres víctimas de la discriminación y del maltrato en Marruecos, su lugar de origen.
El argán (Arganda spinosa) es un árbol espinoso del que se obtiene un aceite esencial muy valioso y estos son sus usos.
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Nutre y protege la piel
Sus ácidos grasos insaturados, que intervienen en la función de barrera de la epidermis, le otorgan propiedades hidratantes, nutritivas y protectoras.
Su riqueza en vitamina E (70 mg / 100 g) actúa, por otra parte, como un potente antioxidante que neutraliza el proceso de envejecimiento cutáneo.
Así, el aceite restaura la barrera cutánea, activa las funciones vitales de las células y atenúa las arrugas. Posee también propiedades cicatrizantes y antirreumáticas.
Fortalece pelo y uñas
En la tradición bereber las mujeres utilizan el aceite de argán para cuidar la piel seca y arrugada, nutrir y revitalizar el cabello frágil y fortalecer las uñas quebradizas.
Tiene propiedades curativas. Se recomienda contra grietas, acné, irritaciones, eccemas y quemaduras.
También es ideal para dar masajes. Resulta muy apropiado para aplicar al realizar masajes.
¿Cómo se utiliza?
En la cara. Se puede utilizar a diario. Penetra de forma rápida y deja un ligero brillo satinado.
Se aplican unas gotas con un masaje suave, preferentemente por la noche antes de acostarse. En pieles muy secas se puede aplicar mañana y noche.
En los labios. Aplícalo con cuidado para hidratar los labios secos y agrietados.
En el cuerpo. Basta con una aplicación semanal. Se pueden verter unas gotas en la bañera.
En el pelo seco y sin brillo. Se puede usar cada día. Se aplica una gota de aceite y se esparce con las manos, o bien se mezcla con el champú. Para un tratamiento más intenso se puede aplicar 30 minutos antes del champú.
En las uñas. Se aplica durante 15 minutos una vez por semana, mezclado con zumo de limón. Las endurece y les da brillo.
¿Cómo se obtiene?
Proyectos como el de Targanine, que gestiona tres cooperativas femeninas, pretenden valerse de los conocimientos ancestrales de los que las mujeres bereberes son herederas pero dotándolas de una tecnología que aligere el arduo proceso artesanal y les permita trabajar en condiciones sanitarias adecuadas para producir aceites culinarios y cosméticos de gran calidad, destinados en gran medida al mercado internacional, reseña el portal Cuerpoymente.com.
La modernización de, al menos, una parte del proceso resulta esencial, pues la extracción artesanal del aceite requiere un tiempo considerable y tiene un rendimiento muy bajo: se calcula que producir un litro de aceite de forma tradicional cuesta veinte horas de trabajo.
Los árboles se varean con pértigas para despojarlos de sus frutos, que se recogen del suelo y se secan al sol.
Estos frutos, parecidos a las olivas pero más grandes y redondos, contienen un hueso o nuez muy dura que a su vez encierra hasta tres almendras o semillas. Hay que esperar a que el fruto se seque, romperlo y llegar hasta esas semillas para retirarlas, lo más laborioso.
A partir de ahí, se muelen en un molino de piedra y se les añade agua templada para formar una masa de la que, finalmente, se extrae el aceite.
El proceso es el mismo para el aceite de uso alimentario que para el cosmético, con la única diferencia de que para el culinario se tuestan ligeramente las semillas antes de molerlas, de modo que sea más oloroso.