El acoso de forma intencionada y reiterada por parte de un individuo a otro, se conoce como Bullying y en la sociedad actual, se repite de forma indiscriminada, sin respetar de donde venga y hacia quien se haga.
Y es que nadie está exento de sufrir de acoso, ya sea en la escuela, el trabajo o hasta en el núcleo familiar, ya que el acosador aprovechará cualquier desequilibrio por parte de un individuo más débil, para poder conseguir un beneficio (material o no), desarrollando en la victima una serie de problemas psicológicos que afecten directamente a su salud o incluso, en situaciones extremas, propiciar que quiera acabar con su vida mediante el suicidio.
Causas que llevan al acoso
Las causas que originan el bullying dependen de cada caso concreto, aunque suelen tener unas características comunes: el acosador no tiene empatía, por lo que es incapaz de ponerse en el lugar del acosado y ser sensible a su sufrimiento.
Otros factores que pueden incidir son una situación socioeconómica mala en casa, poca organización en el hogar o tensiones en el matrimonio.
Alerta con los síntomas
Existen una serie de indicadores que el acosado puede presentar y alertar a la sociedad que se está produciendo un caso de violencia y este viene cargado de problemas de memoria, dificultad en la concentración, atención y hasta descenso del rendimiento sea laboral o académico.
Asimismo, se pueden presentar procesos de depresión, ansiedad, irritabilidad, falta de apetito, dolor de cabeza, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, entre otros.
¿Cómo prevenir el bullying?
La prevención de la violencia en la sociedad, específicamente el acoso o bullying, es fundamental para minimizar y reducir sus efectos cuanto antes.
Dado que las causas que motivan el bullying son muy diferentes, hay que buscar soluciones al problema mediante una propuesta amplia y abierta contando con el diálogo como la principal herramienta para atajarlo.