Los periodistas uruguayos Martín Natalevich y Gonzalo Ferreira hablan del conflicto venezolano y lo que Luis Almagro gestionó frente a Venezuela
Entre la información que se revela en el libro Almagro no pide perdón los redactores uruguayos describen cómo una llamada salvó a Maduro de ser sancionado internacionalmente.
Allí también los periodistas uruguayos Martín Natalevich y Gonzalo Ferreira, hace una aproximación a la historia del conflicto venezolano contemporáneo desde las decisiones diplomáticas.
Venezuela es protagonista en este texto, específicamente en lo relativo al episodio de deportación de cerca de 20 mil colombianos desde Venezuela.
El contexto
El 19 de agosto de 2015 el presidente venezolanos Nicolás Maduro ordenó el estado de excepción en el estado de Táchira y el cierre de un tramo de los 2.219 kilómetros de frontera que comparte con Colombia.
Lo hizo con el argumento de combatir el contrabando y en respuesta a las supuestas “acciones de paramilitares”.
Esto incluyó que los nacionales colombianos en cuarenta y ocho horas se movilizaron hacia la frontera.
Seis días después de la decisión de Maduro, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, atendió la preocupación del presidente Juan Manuel Santos y abogó por el “diálogo directo” entre las partes para resolver el tema.
E insistió con la importancia de una misión de observación electoral. Maduro contestó de nuevo con una negativa: “La OEA debe morir en paz y ojalá Almagro sea el sepulturero”, dijo el líder socialista.
Sin embargo, se logró una reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA con el apoyo de Almagro con los cancilleres con el objetivo de abordar la crisis fronteriza.
En algo que se convirtió en un movimiento hemisférico para obtener los 18 apoyos necesarios para que se aprobara la resolución.
El movimiento en Colombia lo gestionó la canciller María Ángela Holguín. “Luis, nos lanzamos a la votación”, escribió Holguín. Su embajador en la OEA, Andrés González y el propio Almagro estuvieron de acuerdo.
La llamada
Faltando tres minutos para la votación, Holguín recibió una llamada de la canciller panameña, Isabel de Saint Malo de Alvarado, y le advirtió que Maduro había telefoneado al presidente Juan Carlos Varela (Panamá), con el ofrecimiento de saldar la deuda que mantenían con Copa Airlines a cambio del voto.
“Dile a tu presidente que lo llame”, le dijo la canciller panameña. Pero ya era demasiado tarde, y a pesar de un intento de Holguín, la votación ya estaba perdida.
“Con todo lo que piensan de lo que es Venezuela y todo lo que ha pasado…¿Y por un llamado de Maduro es que Varela se va a correr?”, le dijo Holguín. Y así fue. Panamá, que un año antes había sido uno de los tres países que se había movido contra Maduro ahora decidía mirar para el costado.
“En el último minuto…Ese día fue muy duro para mí”, recuerda Holguín.
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Sanciones que no han prosperado contra Venezuela
En el libro también se realiza un recuento del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) de las principales acciones que se han adelantado para sancionar a Venezuela.
Por ejemplo, en mayo de 2016, el secretario general Luis Almagro solicita que se incorpore el pedido aplicación de la Carta Democrática de la OEA contra Venezuela en el orden del día de la Asamblea General de la ONU. El pedido no procede.
En junio de ese año, Almagro presentó propuesta para aplicar la Carta Democrática a Maduro, sin embargo no se sometió a votación.
En 2017 se hicieron cuatro nuevos intentos por sancionar a Maduro y pedirle elecciones democráticas, pero todos los intentos fallaron.
En 2018, en el marco del 48 Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de la OEA, el 5 de junio, ante el pedido de expulsión de Venezuela del organismo, no se lograron los 24 votos necesarios.
En 2019 en sesión extraordinaria del Consejo Permanente, se consideraron las acciones políticas que se llevaron a cabo en Venezuela después de que varias naciones de la región respaldaran la juramentación de Juan Guaidó como nuevo presidente encargado.
Allí, 16 respaldaron la decisión de dar visto bueno a Guaidó y 18 países no respaldaron.
Como no hubo mayoría, el enviado de Guaidó, Gustavo Tarre, no puede tomar asiento en la OEA ni representar a Venezuela.
Ese año se hicieron nuevos intentos y llamados, pero tampoco se logró.
