Las ex-repúblicas soviéticas Estonia, Letonia y Lituania temen ser el siguiente objetivo de Vladimir Putin
La ofensiva de Vladimir Putin contra Ucrania ya ha empezado y ha llenado de inquietud a la comunidad internacional.
Para las grandes potencias parece un escenario sacado nuevamente de la Guerra Fría, cuando Estados Unidos y la Unión Soviética luchaban por ganar influencia en el mundo.
Sin embargo, para otros países este ataque supone una grave amenaza para su propia existencia.
Estonia, Letonia y Lituania, tres antiguas repúblicas soviéticas que en su momento ya sufrieron la fuerte represión procedente desde Moscú. Y ahora temen ser los próximos objetivos del presidente ruso.
No hay más retrotraerse al discurso de hace apenas un par de días en el Kremlin para saber que esta posibilidad no es descabellada.
Ese día el presidente ruso justificó el ataque a Ucrania hablando sobre el Imperio ruso y la Unión Soviética.
Un pasado que estas tres repúblicas bálticas compartían.
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Cabe recordar que todas ellas fueron anexionadas por Stalin durante la II Guerra Mundial y que no recuperaron su independencia hasta 1991, con la desintegración de la URSS. Su emplazamiento también es peliagudo.
Todas ellas comparten frontera con Rusia. En el caso de Lituania es a través de Kaliningrado, una región rusa que no está conectada de forma directa con el resto del territorio, es decir, es un exclave.
Durante las últimas semanas los tres han mostrado mucha preocupación por la escalada de hostilidades y han abogado por imponer fuertes sanciones a Moscú.
Además, tras empezar el ataque sobre Ucrania, las tres repúblicas bálticas han invocado el artículo 4 de la OTAN, que se activa cuando cualquier estado miembro pide ayuda ante una amenaza a su integridad territorial.