Aunque comparten los principios de los BRICS, Brasil y Rusia tienen intereses alternativos contrapuestos que dejan a Venezuela del «timbo al tambo», y definitivamente sin la entrada a la «fiesta de etiqueta»
Pese a que Nicolás Maduro viajó a Rusia para consolidar una probable entrada a los BRICS, no solo recibió una respuesta negativa, sino que además se observaron diferentes acciones que apuntan a un probable descontento entre Brasil, Rusia y Venezuela.
Todo esto se contextualiza en el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reconociendo a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y a su vez la negativa de la entrada del madurismo al bloque por el veto de Brasil, lo cual fue tildado por Venezuela como un gesto hostil.
Mientras que para Putin no hay dudas de que Nicolás Maduro fue el ganador de las elecciones de julio pasado y es el legítimo presidente de Venezuela, Brasil no confía en dicho proceso hasta que no se pruebe con las actas.
En declaraciones a la prensa, con motivo del final la cumbre del grupo BRICS en Kazán, Putin aseguró: “Consideramos que el presidente Maduro ganó las elecciones, ganó limpiamente”, e hizo votos por la pronta resolución de la situación política en Venezuela. “Confío en que la situación se arregle”, dijo.
La posición del gobierno brasileño, que fue fundamental para frenar la ofensiva diplomática venezolana, aseveró que no es una cuestión de democracia, sino que «la confianza con Venezuela se ha roto».
“El problema con Venezuela [en los BRICS] no tiene que ver con la democracia, sino con un abuso de confianza. El abuso de confianza fue algo grave. Nos dijeron algo y no se hizo”, apuntó Celso Amorim, asesor especial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Amorim se refiere así a la promesa del Palacio de Miraflores de entregar las actas del Consejo Nacional Electoral (CNE), emitidas en las elecciones presidenciales del 28 de julio, que nunca lo hizo.
Por último, Venezuela, en un comunicado, denunció como un «gesto hostil» la posición de Brasil de vetar su ingreso a los BRICS.
El hecho fue calificado como “agresión” hacia Venezuela.
Consideró que la representación de la cancillería brasileña, que decidió mantener el veto, es una acción que constituye una agresión a Venezuela y un gesto hostil”.
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Según el cristal con que se mire
A todo esto, Alfredo Rojas Calderón, doctor en Comunicación y Política, opina: «Las diferencias en las posiciones de Rusia y Brasil en cuanto a la incorporación de la Venezuela de Maduro a los BRICS se puede explicar en al menos dos cuestiones: la primera, que se trata de una asociación económica, no política, en lo que Venezuela, en sus circunstancias actuales, tiene poco o nada que aportar, pero sí mucho que necesitar y esperar, sobre todo en la asistencia financiera, lo que probablemente Brasil no está viendo con buenos ojos. Mientras que Putin está viendo más posibilidad de aprovechamiento de recursos energéticos de Venezuela, lo mismo que viene haciendo China».
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Sostiene igualmente que esta asociación no tiene ninguna cláusula democrática, al estilo de la OEA o del Mercosur, «sin embargo, Brasil es la única en mostrarse occidental, liberal (…) y cree que los mínimos democráticos son un requisito (…) En el caso de Rusia, un gobierno autoritario, del mismo tipo que el de Venezuela, poco le importa su reputación internacional», agregó.
