Bolivia descarta cortar el diálogo con Nicaragua, Cuba y Venezuela
Asumió el nuevo canciller designado por Rodrigo Paz
El nuevo ministro de Exteriores de Bolivia, Fernando Aramayo, ha descartado cortar el diálogo con Nicaragua, Cuba y Venezuela –tradicionales aliados de los anteriores gobiernos del MAS–, aunque sí ha confirmado que se producirá un lógico distanciamiento, puesto que no comparten «valores y principios».
Aramayo ha explicado que el nuevo Gobierno del presidente Rodrigo Paz apostará por una «perspectiva pragmática» en política exterior y ha confirmado que ya «se están restableciendo relaciones diplomáticas con Estados Unidos», casi dos décadas después de que el expresidente Evo Morales rompiera con Washington.
«Vamos a convivir, vamos a interactuar con quienes compartimos valores y principios, pero eso no significa que dejemos de dialogar y tener algún tipo de entendimiento con quienes no necesariamente comparten nuestros principios y valores», ha dicho en referencia a Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Esa «diplomacia de los pueblos» también implica a Chile, país con el que no existen relaciones diplomáticas –sí a nivel consular– desde 1978 debido a la disputa territorial que mantienen por la reclamación de Bolivia de su salida al mar, en un caso que se remonta a la Guerra del Pacífico de finales del siglo XIX.
«Vamos a atender los intereses del país y eso significa tener la capacidad de superar algunos aspectos que nos generan una clave que no le reportan positivamente al país», ha afirmado Aramayo en una entrevista a ‘El Deber’.
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A la altura de las circunstancias
Aramayo, quien fue invitado por el presidente Rodrigo Paz Pereira a asumir esta responsabilidad, destacó que acepta el reto con humildad y compromiso. “Aspiro poder atender a la altura de las circunstancias del mandato que asumo. El presidente Paz, fue muy claro al recordarnos que no estamos en el gabinete por méritos acumulados, sino porque la patria nos convoca a servir con responsabilidad y entrega al pueblo boliviano”, expresó.
El canciller anunció que se adoptarán decisiones administrativas a corto plazo para modernizar la gestión institucional y fortalecer la presencia internacional del país. “Debemos pensar de manera sistémica, posicionarnos rápidamente en los mercados y aprovechar las ventajas competitivas que el mundo nos ofrece. Si al gobierno le va bien, nos irá bien a todos; si le va mal, nos irá mal a todos”, señaló, insistiendo en la necesidad de una acción coordinada y unificada al servicio del desarrollo nacional.
Durante su intervención, Aramayo subrayó que el objetivo del gobierno no es administrar crisis, sino construir prosperidad. “La pobreza no se supera dándole a la gente aspiraciones mínimas; todos aspiramos a vivir la vida que queremos vivir. Nuestro deber es brindar las condiciones para que cada boliviana y boliviano pueda elegir su propio destino”, enfatizó.
El ministro también exhortó al personal de la Cancillería a trabajar con espíritu colectivo, dejando de lado los egos y las jerarquías innecesarias. “Este no es un trabajo de oficina, es un compromiso de 24 – 7. Nos toca mirar hacia adelante, rescatar lo bueno, aprender de los errores y actuar con madurez, sabiduría y lucidez”, indicó, reconociendo los desafíos que impone el contexto global y regional actual.
Finalmente, Aramayo expresó su profundo respeto por la institución y por quienes lo precedieron en el cargo. “Tengo claro que la silla que voy a ocupar no es mía. Mi misión es dejarla mejor de lo que la recibí, con un estándar más alto, porque representa al país y a todas las bolivianas y los bolivianos. Este no es un trabajo que pueda realizar solo; solo avanzaremos si lo hacemos juntos y con sentido de patria”, concluyó.
Con información de Europa Press y prensa Cancillería de Bolivia

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