Nicolás Maduro permanecerá en China hasta este 14 de septiembre, buscando fortalecer lazos económicos con Pekín, mientras los intentos de acercamiento con Washington siguen sin dar frutos
Todo en un contexto en el que Venezuela no solo le debe $60 mil millones al gigante asiático, lo que preocupa, sino que además hay temor que el país quede dependiendo totalmente de Xi Jinping.
Luego de cinco años de ausencia, Nicolás Maduro llega a China para verse cara a cara con su homólogo Xi Jinping, esto con el fin de lograr acuerdos para el crecimiento económico y tecnológico de ambas naciones.
Sin embargo, los antecedentes y una mil millonarias deuda de Venezuela a China dibujan otro panorama para estar relaciones.
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En busca de más dinero
Con la crisis que atraviesa Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro ha buscado en los últimos 15 años apoyo en China financieramente, adquiriendo un préstamo que casi supera los 65 mil millones de dólares.
Esto no solamente enciende las alarmas por la posibilidad de que la deuda crezca, sino de que además el país dependa de china en algunos sectores.
En esta visita, el mandatario chavista también estaría buscando insistentemente la membresía de Venezuela al bloque de los Brics a quien además ofreció las reservas de petróleo venezolano como parte de su ingreso a la comunidad.
Para los analistas, políticamente hablando el fortalecimiento de estas relaciones podría ejercer presión sobre el gobierno de Estados Unidos y buscar la flexibilización de las sanciones a Venezuela ya que el apoyo de China a Venezuela no sería conveniente para el país norteamericano.
¿Alianzas estratégicas?
Muchos aseguran que detrás de la visita de Maduro a China también estaría la búsqueda de un financiamiento para su campaña presidencial, la cual involucra al menos 5 mil millones de dólares.
Sin embargo, el movimiento político interno que vive china en estos momentos sería un factor en contra para soltar recursos tan fácilmente y apostaría a que se le sea retribuido con el envío de petróleo.
En los últimos años, Maduro ha venido sorteando las relaciones con varios países aliados, además de China, como India e Irán, en la búsqueda de un respiro económico para el país, los cuales hasta el momento no han generado resultados positivos.
