La resolución del conflicto social que origina el delito no se duda debe estar en manos del Estado, en distintas sería vendetta. Es asunto complejo su resolución. La víctima aspira a toda costa el desagravio inmediato del daño y en mayor proporción al sufrido. El victimario quiere libertad, al precio que sea. El Ministerio Público, que no Vindicta Pública como mal se le llama en sinónimo que traduce venganza pública, inaceptable, acusa aunque es parte de buena fe. El juez aplica el Derecho, mas fallas y vicios hacen que muchas veces lo haga torcido.
El conflicto de intereses que genera el delito suscita situaciones espinosas e inimaginables. Los jueces están para zanjarlas, pero cuando carecen de sapiencia, no son autónomos o la instancia encargada de fijar criterio jurídico es inepta y aviesa al establecerlo, la cosa se complica. Algunos casos reales pueden servir para demostrar la importancia del conocimiento, la independencia y respeto cuando se imparte justicia.
Conocimiento. En accidente murió niño por arrollamiento. Se decretó la aplicación del procedimiento ordinario por homicidio culposo y dictó contra el chofer medida de presentación, acreditado no hubo exceso de velocidad ni consumo de licor u otras sustancias ilícitas. La semana siguiente el mismo sujeto (tampoco ingirió alcohol ni drogas) estuvo envuelto en suceso donde motorizado colisionó contra la parte trasera de su vehículo, resultando éste fallecido y lesionado el parrillero. Lo privaron de libertad atribuyéndole homicidio intencional a título de dolo eventual y lesiones culposas. Grave e inexcusable error porque con un solo acto, concurso ideal, se tipificaron ilícitos que se excluyen en razón de la intencionalidad.
Independencia. Varios universitarios compartían en sitio nocturno, una muchacha guindó el morral en silla de mesa contigua, que minutos después fue ocupada por terceros entre quienes había funcionario que cargaba bolso idéntico. Saliendo del establecimiento, sin intención, tomó el equivocado y en la calle fue interceptada por el policía. Le explicó el error, no entendió, las cosas pasaron a mayores, sacó su arma y la puso en la cabeza de uno de los estudiantes, la joven lo agarró tratando de salvarlo, pero no, lo mató y a ella le voló dos dedos. Privativa por homicidio calificado y lesiones graves, que sólo duró tres meses porque el responsable era escolta de diputado chavista de la Asamblea Nacional, con influencias en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para que ordenaran al juez concederle libertad.
Respeto. Alguien dio la instrucción que en estados fronterizos con Colombia se detuviera personas que transportaran pacas de alimentos, así fuera una. Se llegó al extremo en Apure de condenar a un campesino a 14 años de prisión por contrabando de 24 kilogramos de arroz. Un magistrado de la Corte de Apelaciones hizo la observación a sus colegas sobre la grave realidad y planteó la urgencia de precedente que la hiciera cesar, argumentando que era normal que la gente de caseríos comprara por cantidades, ya que se abastecían así en razón de las largas distancias con centros poblados e inclemencia de la temporada de lluvias. Pronto les tocó conocer de recurso contra privativa de libertad por contrabando, extracción de hidrocarburos y asociación para delinquir, en perjuicio de tres trabajadores que llevaban 250 litros de combustible para el tractor del fundo en que laboraban, y se pronunciaron revocándola con fundamento en el principio de proporcionalidad, advirtiendo que las cárceles se llenarían de inocentes. El gobernador encolerizó; dos de los firmantes se “arrepintieron” y el convencido debió ir a Caracas a denunciar al mandatario regional y Comandante de la Policía por amenazas contra su vida y libertad. Con cara bien lavada el TSJ después dictó sentencia donde prácticamente plagió los argumentos del perseguido disidente.
El producto de la función jurisdiccional son las decisiones. Es tiempo de comenzar a analizarlas, interactuar con ellas como se hace con noticias en redes. La justicia debe ser abierta, transparente, criticable y porqué no, juzgable, cuando deja de lado los parámetros de conocimiento, independencia y respeto.
@doctorgoitia