Dispuestos a trabajar y comenzar a hacer una nueva vida desde cero, muchos migrantes venezolanos son una mano de obra buena, trabajadora y educada
Un venezolano trabajador, respetuoso y con muchas ganas de salir adelante es el denominador común de la migración venezolana en España, que está marcada por un profundo interés de trabajar y de mejorar sus condiciones de vida.
Se trata de personas que quieren aumentar su nivel de vida y en este país son bien recibidas estas cualidades. Llegan con una maleta cargada de sueños, con ganas de trabajar, de echarle pierna y tener ingresos que le permitan una calidad de vida.
Sin embargo, no es un camino fácil, pues son muchas las cosas que deben hacer para lograr conseguir empleo y establecerse. Hasta octubre de 2023, el gobierno español otorgó protección por razones humanitarias a más de 38.000 venezolanos. Este tipo de ayuda se aplica desde 2019.
Esto le permite a los migrantes tener un permiso de residencia o estancia temporal humanitaria para que no estén en un limbo jurídico, informa EFE.
Sin embargo, es de hacer notar que aprobaron cerca del 10 por ciento de las solicitudes.
La Oficina de Asilo y Refugio (OAR) del Ministerio del Interior español, recibió en los primeros nueve meses del año 81.383 expedientes de solicitud de protección internacional, de los cuales sólo aprobó 8.320.
Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, de 2021 al menos 97.000 venezolanos residen en España de manera legal y se encuentran empadronados.
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De todo un poco
Acróbatas, artistas de calle, terapeutas, tarotista, politólogos, abogados, y así podemos hacer una lista interminable de personas que han decidido migrar a España.
Una migración que comenzó hace más de 10 años y que en este momento está tomando otro matiz.
Muchos venezolanos migraron por accidente. Viajaron no porque en Venezuela les fuera mal, sino porque en España consiguieron una oportunidad de vivir, aprender y seguir una vida con más oportunidades y con unos ingresos que les permiten vivir de manera “tranquila”.
Un tranquilo que significa trabajar duro, tener humildad para realizar labores que en Venezuela jamás se hubiesen planteado. De esa tranquilidad de poder pagar los gastos y los servicios y además disfrutarlos.
De la tranquilidad que da poder caminar por las calles en la madrugada sin tener el Cristo en la boca.
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Artistas de calle venezolanos se ganan el corazón del público
Una competencia que en Alemania fue el trampolín para que el artista de calle Wilson McCarthy, se quedará en Madrid.
Se trata del líder del grupo de acróbatas Pasión Callejera, que ofrecen un espectáculo en la Plaza Mayor de Madrid que capta la atención y arrancan aplausos entre el público.
McCarthy llegó hace 10 años a España, apenas tenía 21 años cuando vio una oportunidad de trabajar en lo que lo apasionaba el baile y las acrobacias.
“Me vine por una competición. Yo fui a una batalla mundial (de baile) que hacen cada año. En ese tiempo lo hicieron en Alemania, después me vine y me quedé en España. No quise regresar a Venezuela porque ahí no me apoyaban el talento”.
Entre piruetas, música y bromas, estos artistas de calle, todos venezolanos, ofrecen un espectáculo mostrando su arte.
Este joven apoya a otros artistas venezolanos para que se desarrolle en el mundo del break dance.
Cuenta que migró “simplemente no fue porque estaba mal Venezuela. Me quedé porque ahí no había apoyo mi rama que era Baile breaking. No tenía apoyo”.
Al relatar su experiencia confiesa que como todo ha tenido momentos muy grandes, muy cumbres y también sus momentos malos. “Pero de momento todo perfecto, no me quejo. Me han tratado bien los españoles, en Alemania también”.
Desde ese entonces ha pasado el tiempo, actualmente permanece en España legal. “Gracias a Dios, yo tengo mi hijo. Aquí tengo todo. Hice mi familia.”, comenta con alegría.
Talento venezolano en las calles
Sobre Pasión Callejera revela que es un grupo que se ha ido reuniendo en Europa, muchos vienen de Venezuela, muchos acaban de llegar. Algunos apenas tienen tres meses.
Para las personas que tienen planes de migrar les envía un mensaje claro. “Que se organicen, porque cuando se migra no sabes qué vas a hacer, no sabe dónde vas a llegar. Lo primero que tienen que hacer uno en el inmigrante es tener valor, y decir ¿sabes? Lo voy a hacer y toma esa decisión que por el camino encontrarás personas que te ayuden”.
Como todo en este mundo, comenta, habrá mucha gente que te va a decir, tú no va a servir para nada, pero “vas a encontrar más gente positiva que te va a decir, tú puedes y dale para adelante. Así que el primero que le puedo considerar es tomar la decisión, voy a hacerlo”.
Venezolanos en busca de nuevas oportunidades
A Johan Gómez no le iba mal en Venezuela, pero las posibilidades de trabajar como acróbata se expanden más en Europa.
Madrid es su lugar de residencia y se dedica a hacer espectáculos, es en las calles con lo que gana cinco veces más que en Venezuela. Además, es de ese tipo de migrante que tiene como filosofía migrar con propósito. Fijar una meta y no distraerse 10 o 15 años viviendo al día, como le ha pasado a muchas personas.
Organización, propósito y trabajo son las palabras claves de este venezolano que aspira poder moverse por toda Europa y participar en competencias y desarrollarse como artista.
Este joven, de 35 años, como muchos venezolanos, se fue a España porque tiene proyectos artísticos que quiero probar en España, en su área que es bailarín acróbata y la actuación.
Confiesa que cada vez que viaja a España le va muy bien. También dice que en Venezuela a mí no me va mal, pero aquí me va como unas cinco veces mejor.
A los venezolanos que desean migrar, les da un consejo. “No sirve de nada saber sólo una cosa en el exterior, o sea, en realidad tienes que ser como multifacético”.
“¡Tienes que tener varias habilidades, estar preparado, estar mentalizado y sobre todo tener algo, que siempre te recuerdes el por qué te fuiste y cuál es el propósito!, explica.
“Porque luego de que llegas al lugar y que sientes que todo es diferente, que todos accesible que todo es muy fácil. Te distraes muy fácilmente y pierdes cinco o diez años en un viaje ahí no logras” las metas.
“Por ejemplo, nosotros como bailarines sabemos y conocemos eso, porque ya por ejemplo, tenemos 20 años de carrera y hemos vivido esto muchos de los chicos han emigrado”, agrega.
Las oportunidades para los artistas se abren en Europa por la cantidad de eventos que se realizan.
A juicio de Gómez venimos de un país donde, de alguna forma, los venezolanos somos liberales, pero de otra forma “es muy cuadrados y muy prejuiciosos”. Se fijan en cosas como que “un chico con el cabello azul es loco o no puedo ver tatuajes, y aquí la policía tiene zarcillos, tatuajes, entonces es más libre”.
Migrante por accidente
Constanza es una ítalo-venezolana que se fue a Madrid al nacimiento de su nieto, pero nunca se regresó a Venezuela.
Estando en Madrid, a pocos días de nacimiento de su nieto vino la pandemia y con ella los encierros y Venezuela quedó cerrada.
No le quedó otra opción que comenzar una nueva vida y como ciudadana europea, aunque no estaba con estatus irregular, le tocó hacer todo tipo de trabajos .
Cuidó adultos mayores, niños, trabaja cocinando, incluso ha viajado dentro y fuera de España, atendiendo oportunidades laborales.
Cuatro años después está más tranquila. Hace varios trabajos que le permiten vivir bien, no con todas las comodidades y lujos que tenía en Venezuela, pero sí con otro tipo de calidad de vida.
Constanza logró traerse a su hijo menor, quien también tiene varios trabajos y se ha adaptado a la vida madrileña.
Migrantes trabajadores y educados
María Laura es una joven de 27 años. En Venezuela trabajaba para una alcaldía, es graduada en estudios internacionales y decidió probar suerte en España.
Trabaja como camarera hasta la madrugada. Va y viene en el metro a esas horas son complicaciones, algo que no puede hacer en su país natal. “Me gusta, me siento libre. Todo bien”.
Los migrantes venezolanos consultados decidieron hacer vida en España por diferentes circunstancias y decisiones de vida muy particulares, sin embargo, admiten que son muchos los sacrificios y pruebas que han tenido que pasar. Todos extrañan una parte de sus vidas en Venezuela.