Hay tantas razones para migrar, como personas que lo hacen. Muchas de ellas tienen como motivación el futuro de sus hijos, tal es el caso de Tulio Cano un venezolano que se reinventó desde cero en Madrid, donde tiene su negocio atendido por el mismo y su familia, con la calidez y la chispa del venezolano
Tulio Cano es un venezolano de 61 años. En 2018 se vio en la necesidad de buscar nuevos horizontes para sus trillizas, y es así como comienza la aventura de migrar en familia junto a su esposa.
Comenzar una nueva vida desde cero, en otro país, con unas trillizas adolescentes, fue un reto que emprendió con el apoyo de su esposa.
“En principio viajamos por 2 meses a dejar a nuestras hijas al cuidado de su hermano mayor, estando aquí decidimos quedarnos para gestionar papeles y acompañar a nuestras hijas en esa transición y aquí seguimos”, comenta.
En Venezuela tenían una buena vida y se dedicaba a distribuir alimentos, específicamente enlatados y lácteos.
Todo iba bien en sus vidas, pero “a partir del 2017 se empezó a complicar lo económico y lo social en el país (Venezuela); haciendo la situación menos manejable”.
Fue entonces cuando comenzaron “a mirar la opción de sacar a nuestras hijas, sobre todo nos preocupaba que en algún momento no pudiéramos salir del país”.
Reinventarse a más 7.200 kilómetros de Venezuela
Con la experiencia en la distribución y negocios de alimentos, Tulio vio una oportunidad para montar su propio local.
“Después de realizar un estudio de mercado, vi una oportunidad de negocio en la comercialización de productos específicos de Madrid, ya que no había mucha ventana para eso”, relata.
Esto lo llevó a la “venta de productos con denominación de origen Madrid y con la marca M, que es la máxima certificación que otorga la comunidad de Madrid”.
Así nació Montecano Gourmet, un local ubicado en el mercado de Vallehermoso, en Madrid; en donde el secreto está en atender a la gente como si estuvieran en una casa venezolana.
“El toque principal es la atención a nuestros clientes, a lo venezolano, como te atenderían al llegar a cualquier casa en Venezuela; con mucho cariño y con consentidera, aunado a la venta de productos de lo que era Antojos Araguaney, que ahora pertenece a Alimentos Polar España”.
En Montecano Gourmet se sirven tapas venezolanas como los tequeños, que son una sensación en Madrid, al punto que una famosa cadena de hamburguesas los sacó a la venta, igual los puedes conseguir en los supermercados.
Los tequeños los sirven con salsa de pimentón. También ofrecen choripán, cachapas con queso y todo acompañado del carisma y la consentidera de un venezolano que trata a los clientes como si fueran la visita que llega los domingos.
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Caracas Vs Madrid
Sobre su vida en Madrid, Tulio confiesa que trabaja muchísimo más que en Venezuela, que el cambio no ha sido fácil, pero que le va muy bien.
“Vivimos mejor porque, aun cuando trabajas muchísimo más, sabes que tienes seguridad de conseguir lo básico necesario para vivir, ves como invierten los impuestos que pagas y disfrutas de esas cosas, estás seguro de contar con los servicios esenciales”, describe.
La vida de migrantes no es para nada fácil, sobre todo porque fuera de Venezuela, prácticamente comienzan desde cero.
La pregunta obligada es ¿Qué cosas haces en Madrid que no hacías en Venezuela? “Preparar comidas y atender clientes, ser mesonero, aunque de mi propio local”.
– ¿Qué le recomendaría un venezolano que quiere migrar?
En la medida de lo posible, planifique un presupuesto del que pueda vivir mínimo 6 meses, que investigue un poco de cómo es la cultura del país, costumbres, deberes y derechos de los ciudadanos, etc.
– ¿Si te tocará volver a elegir migrar lo volverías hacer?
Siempre que sea por necesidad lo haría.
-¿Te regresarías a Venezuela?
Sí, siempre que exista una posibilidad de reconstrucción y bajo otro bando político; salvo que me toque regresar antes por alguna situación extrema.
–¿Qué es lo que más extrañas de Venezuela?
El clima, su gente y sobre todo sus paisajes.
–¿Qué es lo que no extrañas de Venezuela?
La anarquía que reina en todo el país.
–¿Cuál ha sido tu aprendizaje más bonito como migrante?
Saber que he sido capaz de arrancar, de cero, una nueva vida.
–¿Cuál ha sido tu aprendizaje más duro como migrante?
La pérdida de identidad, ser nadie en un país ajeno, donde en mucho tiempo no puedes abrir ni siquiera una cuenta bancaria o alquilar a voz propia una casa, etc.
–¿Si Venezuela fuese una persona que le dirías?
Saca de tu vida todo lo que te hace daño y no te aporta nada y reinvéntate.
–¿Te costó adaptarte a la migración? ¿A vivir en Madrid?
No, para nada. Culturalmente se nos hizo fácil integrarnos. Hemos sido recibidos con mucha apertura, probablemente estemos recibiendo de vuelta lo que en su momento como venezolanos hicimos por los migrantes españoles.
Montecano Gourmet con la calidez y la chispa del venezolano
Fuga de talentos
Un total de 396.188 personas nacidas en Venezuela tiene residencia en España, según el INE. De este total, 173.298, tienen también nacionalidad española; y, 222.890 son nacionales de Venezuela o de un país tercero, 67.123.
Una trabajo realizado por el Observatorio de la Diáspora Venezolana la cifra el éxodo de venezolanos es más de 7,4 millones de personas (20% de emprendedores, 14% de estudiantes y el resto, empleados).
En cuanto a la diáspora venezolana en España, detalla que “cuenta con más de 5.000 médicos, más de 7.000 ingenieros y arquitectos y alrededor de 400 médicos veterinarios especializados”.
Sin embargo, “menos del 30% de estos profesionales ha tenido acceso a empleos cualificados dentro de sus áreas de especialización; siendo aún más complicado para los mayores de 50 años, que constituye uno de los perfiles que ha ido en incremento en la migración venezolana de los últimos años», reseña el portal Moncloa.
Otro dato relevante es que en España, durante los siete primeros meses de 2022, se han recibido casi 16.000 peticiones de asilo por parte de venezolanos (de las que se aprobaron 9.475), lo que supone un 65% más que en el mismo periodo de 2021.
Tulio Cano, es más que un número. Es un venezolano que llegó a un país con el firme propósito de darle un mejor futuro a sus hijas, y ahora tiene una nueva vida, con una lección aprendida que lo llevó a reinventarse y comenzar desde cero. Sus hijas se adaptaron a Madrid, tienen la calidad de vida por la que tanto trabajan sus padres.
Una historia de migración que confirma que mucho talento venezolano contribuye con el desarrollo del país donde llegan.