Los 130 bolívares que pagan en Venezuela como salario mínimo equivalen a menos de 4 dólares y los bonos que llegan a 100 dólares solo pagan una parte de los gastos del hogar
A principios de este mes se cumplieron dos años desde que el presidente Nicolás Maduro aumentó, por decreto y por última vez, el salario mínimo a 130 bolívares, figura que, de paso, este año acaba de cumplir 50 años de vigencia en Venezuela.
En este momento, esos 130 bolívares alcanzan prácticamente para nada y, en consecuencia, el venezolano que lo recibe, incluso con los bonos extras, se ha convertido en un sobreviviente.
Cuando se aprobó este aumento, su valor al cambio de la época era de casi 30 dólares.
El incremento del 2022 es el número 53 desde que llegó el chavismo a Venezuela. De ellos, 30 los aprobó Hugo Chávez y los últimos 22, el presidente Nicolás Maduro.
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Lo que dice la Carta Magna ¿Se cumple?
El artículo 91 de la Constitución de 1999 establece: “Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales”.
Agrega que “se garantizará el pago de igual salario por igual trabajo y se fijará la participación que debe corresponder a los trabajadores y trabajadoras en el beneficio de la empresa”.
También establece que “el salario es inembargable y se pagará periódica y oportunamente en moneda de curso legal, salvo la excepción de la obligación alimentaria, de conformidad con la ley. El Estado garantizará a los trabajadores y trabajadoras del sector público y del sector privado un salario mínimo vital que será ajustado cada año, tomando como una de las referencias el costo de la canasta básica. La ley establecerá la forma y el procedimiento”.
Ahora bien, la gran pregunta es: ¿ese salario mínimo que en dólares asciende a un poco menos de 4 dólares es realmente “suficiente” para el venezolano y le permite “vivir con dignidad”?
La respuesta es no. Tanto, que según ONG que miden la conflictividad social en Venezuela, afirman que el reclamo de este derecho, producto de la lucha de los trabajadores durante décadas, es la principal causa de protestas de calle, de parte del sector público y de los sindicatos.
Tal como están las cosas, aquel salario mínimo que hace 50 años equivalía a 104 dólares mensuales, comparado con el actual, significa “la pulverización” de un ingreso que debe garantizar, como la Carta Magna lo dice, una vida digna para los trabajadores.
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A punta de bonos
Lo que destaca de la “política salarial” del presidente Nicolás Maduro, de los dos últimos años, es lo que los expertos llaman la “bonificación del salario”, que consiste en aumentar los “ingresos integrales”, pero con dinero extra, que no incide en las prestaciones, vacaciones u otra reivindicación.
Con estos ajustes, según lo aprobado por Maduro en enero de este año, los ingresos integrales de los trabajadores llegan a 100 dólares.
Sin embargo, los mismos tampoco alcanzan para cubrir el costo de los alimentos, los gastos del hogar, la salud, la educación y de la vivienda.
Aumento inflacionario
En este sentido, el analista económico, Tomás Socías, en entrevista con Impacto Venezuela, argumenta que “el presidente Maduro no aumenta por la vía del decreto, porque estos incrementos se le convertían en inflacionarios y prueba de ello es que, en el 2021, la inflación estaba por las nubes”.
“Ahora, con el aumento a través de los bonos y la inyección de divisas a la banca, de parte del BCV, se ha logrado controlar la inflación y el tipo de cambio”, agregó.
Socías sostiene que, “hay que admitir que esto es positivo para el país y para los venezolanos de menos ingresos, pero hace falta más medidas de verdadero estímulo para el sector privados que es realmente el que mueve la economía y genera empleos y, por ende, empleos”.
Socías destaca que, sin “los estímulos suficientes, el sector privado está logrando pagar un promedio de 130 dólares mensuales para sus trabajadores rasos, mientras que, en niveles más altos, los ingresos superan los 300 dólares mensuales”.
“Imaginen lo que pasaría si el sector privado recibiera los estímulos como el acceso al crédito, la baja del encaje legal y hasta la eliminación del IGTF. Nuestros trabajadores sí estarían ganando sueldos dignos”, enfatizó.
Añade que “los bonos ayudan a mucha gente. Hay familias donde tres y hasta cuatro integrantes reciben alguna de esas bonificaciones y junto con la bolsa del Clap que también cuesta unos 20 dólares, es una ayuda. Pero, repito, no es suficiente”.
Se quedó en propuesta
Desde hace más de dos años, en Venezuela está funcionando el Foro Social” que es un mecanismo donde participan el sector empresarial, los sindicatos y el gobierno, con el aval de la Organización Internacional del Trabajo.
Este mecanismo ha buscado, principalmente, un aumento del salario mínimo que sea “digno” y permite cumplir con lo que establece la Constitución.
La más reciente propuesta de este foro ha sido que el aumento sea a 200 dólares mensuales y se dijo que el proyecto sería llevado al despacho de Maduro para su aprobación.
Pero, hasta el momento el anuncio no ha ocurrido. Socías señala que “la versión es que el gobierno no tiene los recursos para ese incremento” y que “de haberlos, igualmente se para por la vía de los bonos, pero para mayo, en el fragor de la campaña para las elecciones presidenciales”.
Una moneda fuerte
Por su parte, el director del Cendas-FVM, Oscar Mesa, destaca que cuando se decretó el salario mínimo por primera vez, “el bolívar era una moneda fuerte”.
Mesa recuerda que en esos años “un trabajador, con un salario mínimo podía pagar sus gastos esenciales y más, al menos, para citar un ejemplo, se podía comer en un restaurante”.
Incluso, destaca que con hechos como el “viernes negro” y “más tarde, el Caracazo”, la moneda seguía siendo fuerte, había crecimiento, que “permitió sentar las bases del crecimiento de la clase media y del ahorro”.
Enfatiza en que había “estabilidad de precios” y otros elementos económicos que permitieron que los trabajadores tuvieran ingresos, discutieran contratos colectivos y demás actos reivindicativos alrededor del salario.
Los costos son insostenibles
Sobre la situación actual de los ingresos, Mesa informa que “la Canasta Básica Familiar aumentó 52,4% en dólares, entre febrero de 2021 y febrero de 2022, mientras que la Canasta Alimentaria Familiar, incrementó 61,3%, en el mismo lapso”.
Dice que “en febrero de 2022 se requerían 600 salarios mínimos: 30 dólares diarios para cubrir las necesidades básicas y 300 salarios mínimos ($15 diarios) para cubrir el precio de los alimentos”.
En la actualidad, con la bonificación de los ingresos, solamente se cubre un cuarto del costo de la Canasta Alimentaria Familiar, si se toman en cuenta esos ingresos de 100 dólares mensuales, puesto que se ubica por encima de los 500 dólares.
Pero, aclara que hay sectores de la población, como los pensionados que solo reciben 25 dólares al mes, lo cual es obviamente, insuficiente para cubrir los gastos de una persona de la tercera edad.
Concluye que con “la política de la bonificación” no solo se va contra lo que dice la Carta Magna, sino que “al no aumentar el salario mínimo, este se pulverizó”.
Sin embargo, subraya que, este hecho “ha dado origen a un fenómeno que, “a la larga, puede resultar positivo, porque han nacido los emprendimientos, esa capacidad de los trabajadores de reinventarse y de acudir a otras vías para lograr ingresos”.
Puso como ejemplo la cantidad de emprendimientos relacionaos con postres, servicios diversos y demás actividades extras a las que hasta profesionales se han tenido que dedicar para no sucumbir a la pobreza.
Los aumentos en la Quinta República
En 1999, nace la República Bolivariana de Venezuela, tras la llegada de Hugo Chávez. Se redactó y aprobó la Carta Magna. Con un cono monetario renovado, se oficializó el sueldo mínimo de 120 mil bolívares.
Luego, Chávez, entrando al año 2000, decretó el aumento del salario mínimo que se fijó en 144 mil bolívares.
En el 2001 el ingreso se aumentó a 158.400 bolívares, según la Gaceta Oficial Nº 37.250.
Hasta el 2008, los aumentos salariales tuvieron una proporción entre 15% y 5%, según cifras del Banco Central de Venezuela.
Ese año se da la primera reconversión monetaria y nace el Bolívar Fuerte. Pero el ingreso se aumentaba igualmente en esa proporción.
Cuando Nicolás Maduro llega a la presidencia, en abril de 2013, un mes después, se fija el sueldo en 2.457 bolívares fuertes.
En septiembre de ese año, se ubica en 2.702, 72 bolívares fuertes y para noviembre de ese mismo año se fija en 2.973 bolívares fuertes.
Para 2014 Maduro decreta tres aumentos. En enero el sueldo aumentó a 3.270 bolívares. En mayo se incrementa a 4.251 bolívares y en diciembre llega 4.889, 11 bolívares fuertes.
En el 2015, el salario mínimo aumentó cuatro veces. En febrero llega a la suma de 5.622, 48 bolívares, en mayo a 6.746, 98 bolívares, en julio a 7.421, 68 bolívares y en noviembre sube a 9.648, 18 bolívares.
Llegan los bonos
A partir del 2016, además del salario mínimo, se instituyeron las bonificaciones extrasalario. Con ello nace el sueldo integral, con la suma del bono de alimentación.
Pero ese año comienza a ocurrir algo diferente, los aumentos del salario mínimo comenzaron a ser inferiores a los bonos.
Por ello, ese año, en marzo, el salario aumentó a 11.578 bolívares fuertes y el ticket de alimentación a 13.275 bolívares. De esta forma, el ingreso integral llegó a Bs. 24.853 bolívares fuertes.
Así es como el ingreso integral llegó a 90.700 bolívares. Pero el salario mínimo era de Bs. 27.091.
En el 2017, hubo un récord. El ingreso aumentó 5 veces. Al final, el sueldo mínimo era de 97.531 bolívares, mientras que el bono de alimentación aumentó a 153 mil bolívares. Con ello el salario integral llegó a 250.531 bolívares.
El bolívar soberano
En el 2018 igualmente hubo cinco nuevos aumentos. Pero, ese año hay otra reconversión monetaria, llega el Bolívar Soberano y en diciembre el ingreso se ubica en 4.680 bolívares soberanos.
En el 2019 también hay tres aumentos y el ingreso llega a 300 mil soberanos.
En el 2020 hubo tres aumentos y el ingreso integral llega a Bs. 1.800.000, es decir, Bs. 1.200.000 y 600.000 de bono.
Este año, en marzo, hubo otro aumento a Bs. 1.800.000 bolívares, más el bono de alimentación, por la misma cantidad. Es decir que el ingreso integral estaba en Bs. 3.600.000.
Más y más bonos
Paralelamente al salario integral, Maduro comenzó a pagar bonos extraordinarios, mediante el Carnet de la Patria.
En el 2020, tras la llegada de la pandemia de coronavirus, nacieron los bonos que llevan distintos nombres y para distintos segmentos de la población, como los abuelos y las mujeres embarazadas, estudiantes, Carnaval Semana Santa, Negro Primero, Pueblo Trabajador y José Gregorio Hernández, y el más reciente: el bono de Guerra Económica.
Actualmente se han llegado a pagar más de 30 bonos.
hablan de que todo es culpa de las medidas coercitivas de la jeta para fuera mientras una pequeña elite se beneficia