Para la creación de esta estructura se utilizan materiales especiales que no permiten el alojamiento de bacterias en pisos, cielo rasos, pinturas y muros
Tres empresas colombianas decidieron unir esfuerzos y conocimientos para crear hospitales móviles en 20 días. De esta manera se amplía la capacidad hospitalaria en el país para combatir la pandemia por COVID-19.
“Estos hospitales móviles son de altísima calidad y todos los materiales usados están definidos por la norma de construcción en salud”, dijo en un comunicado David Sandoval, representante de Ever Clean, compañía que junto a Solpro y Proarca, emprendieron este proyecto.
Para la construcción de estos hospitales móviles, utilizaron materiales especiales que no alojan bacterias en los pisos, cielos rasos, pinturas y muros; además, tienen tapetes de desinfección, duchas, esclusas para entrar y salir, y zonas de descanso para los médicos.
Las empresas detallaron que estos hospitales pueden atender cuidados básicos e intermedios de otras enfermedades para descongestionar los servicios médicos y en especial las UCI y así puedan destinar a atender pacientes afectados por COVID-19.
Sin embargo, la arquitectura se diseñó para que, en caso de que se desborde la atención de la pandemia en los centros de salud establecidos, el hospital móvil pueda adaptarse para recibir también pacientes con coronavirus.
En ese sentido, Ricardo Grisales, de Solpro, aseguró que “los requerimientos exigidos para poder montar el hospital móvil son sencillos, pero se deben cumplir a cabalidad”.
Se debe disponer de un espacio libre, amplio y cubierto con unas dimensiones mínimas de 15 por 28 metros, que tenga superficie en concreto y disponibilidad de agua, electricidad y que tenga acceso de vehículos para el traslado de pacientes.
Los hospitales tienen cuatro diseños de 10, 14, 20, y 24 camas. Además, los modelos de 10 y 14 camas pueden ampliarse con dos unidades de UCI en caso de que se requiera.
También, tienen una vida útil de hasta 10 años y, por la resistencia y calidad de los materiales usados, una vez se termine la pandemia pueden ser desmontados y podrían convertirse en aulas o salones de conferencias.