miércoles, mayo 1, 2024

EN CLAVES: a un año del “diálogo en México” las negociaciones Maduro-oposición se mantienen congeladas

El 15 de agosto del 2021, con bombos y platillos y un despliegue de fotos para los medios, comenzaron las negociaciones en México para luego, dos meses después, congelarse. Desde ese momento, no hay nada nuevo

Las negociaciones entre Nicolás Maduro y la oposición permanecen congeladas a un año de relanzarse en México, donde las partes tenían las sanciones contra Venezuela, las elecciones presidenciales de 2024 y el financiamiento de planes sociales, en su agenda.

Pese a las jornadas que tuvieron durante semanas, nunca llegaron a acuerdos concretos y el proceso terminó en la congeladora.

Claves para el posible el deshielo

Delegados de Maduro y de la oposición han tenido acercamientos en los últimos meses.

Y esto, porque, al parecer, hubo un cambio en las prioridades, según fuentes de Impacto Venezuela, allegadas al proceso, donde las partes han decidido poner delante de lo político, el tema humanitario y social, todo en vista de que “cayeron en cuenta” de que ese diálogo no le dice nada a nadie, precisamente, porque está desligado de los problemas del venezolano.

No obstante, según público la agencia AFP, hay otro elemento que ha incidido en que las conversaciones se hayan reanudado. Y es que aún no hay consenso para volver a la mesa.

Pero, este proceso no data de hace un año. Ya lleva tiempo. Chavismo y oposición emprendieron esas negociaciones en México, en agosto del 2021, tras fallidas iniciativas en 2018 en República Dominicana y 2019 en Barbados.

Maduro congeló el proceso en octubre, después de la extradición a Estados Unidos de Alex Saab, enjuiciado por lavado de dinero.

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¿Qué ofrece la oposición?


“La alternativa democrática está lista para llegar a un acuerdo en materia humanitaria y en materia política”, con “el levantamiento progresivo de sanciones” en caso de avances, dijo Juan Guaidó.

Maduro, cuya demanda central ha sido poner fin a las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, ha buscado contactos directos con la administración de Joe Biden, que envió delegados a Caracas en mayo y junio.

Aunque desconoce a Maduro y considera a Guaidó líder “legítimo” del país, la Casa Blanca ha expresado disposición a revisar sus sanciones, que incluyen un embargo petrolero, en medio de la crisis energética por la invasión rusa a Ucrania.

Los principales partidos opositores se han debilitado: perdieron las elecciones regionales del año pasado, en las que regresaron a las urnas tras boicotear entre denuncias de fraude las presidenciales de 2018 y las legislativas de 2020, y su poder de convocatoria a protestas se desplomó, aunque se registran manifestaciones por reclamos sociales.

“Si yo fuese el gobierno, me preguntaría: ¿cuál es el sentido de una negociación?”, comenta a la AFP el politólogo Ricardo Sucre. La oposición “ni siquiera puede ofrecer revisar las sanciones, porque eso parece estarse discutiendo entre países”.

“Los incentivos para que el gobierno se siente a negociar se perdieron”, coincide el consultor político Pablo Andrés Quintero.

El apoyo a Guaidó se diluye

La escena internacional ha cambiado con el apoyo a la ofensiva de Guaidó diluyéndose.

El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, y Maduro nombraron embajadores y retoman relaciones. Varios países de Latinoamérica viran hacia la izquierda.

Uno de los mayores críticos de Maduro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó a la “cohabitación” con un esquema de “contrapesos” que comparta poder, pero con la permanencia del mandatario.

“La salida de Maduro transformó a cada negociación en un juego de suma cero que terminaba siendo imposible”, escribió Almagro en un artículo. “Una negociación en ese contexto obviamente no puede ser cómo se saca a Maduro, sino cómo sigue. Esto implica cohabitación”.

¿Qué ofrece Maduro?


“Si fracasa el diálogo, el fracaso va a ir en detrimento de la oposición. ‘El diálogo no sirve para nada, ¿para qué voy a votar?’ (…). Si prospera, va a dar legitimidad a unas elecciones en las que parece improbable que Maduro pierda”, sostiene Quintero.

El pasado 17 de mayo los jefes negociadores, Jorge Rodríguez por el oficialismo y Gerardo Blyde por la oposición, divulgaron en redes sociales una fotografía dándose la mano y el mensaje: “En reunión de trabajo para planes de futuro. En el rescate del espíritu de México”.

El encuentro en Noruega.

No obstante, la reanudación del diálogo sigue atrasándose. El chavismo, que había condicionado retomar negociaciones a incluir a Saab como delegado, puso una nueva barrera: exige ahora la devolución de un avión de Venezuela retenido en Argentina con una tripulación venezolano-iraní e incautado por pedido de Estados Unidos.

La oposición, mientras, impulsa unas primarias hacia las presidenciales de 2024 y aspira entre otras cosas a anular inhabilitaciones por procesos judiciales contra sus dirigentes.

“Es un proceso necesario, pero tal vez llega tarde”, indica Sucre.

Los analistas consultados piensan que podría haber “cesiones” gubernamentales para llevar a la oposición a las votaciones presidenciales, sin poner en riesgo a Maduro.

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