Son pastores belgas malinois y forman parte de la unidad K-9 del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses. Han logrado detectar unos seis cadáveres desde el fin de semana, cuando se reportó la tragedia
Necro olfatea los cimientos de una casa destrozada, se mueve ágil, rasga un poco la tierra y sigue oliendo: este “funcionario canino” apoya la búsqueda de una persona desaparecida bajo el alud que arrasó el pueblo de Las Tejerías, en el estado Aragua.
Vecinos llamaron a las autoridades tras percibir un mal olor en la zona, cuatro días después del aluvión del sábado que dejó al menos 43 personas fallecidas y 56 desaparecidas, cuya sobrevivencia ha sido ya descartada.
No consigue nada… al siguiente objetivo.
Necro y su compañera Hades, ambos pastores belgas malinois y parte de la unidad K-9 del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses en Caracas, han logrado detectar unos seis cadáveres desde el fin de semana, cuando se reportó la tragedia.
“Son parte del equipo. No los llamamos perros”, dice a la AFP un operador que pidió no ser identificado.
Los agentes caninos trabajan entre seis y ocho horas diarias, con un descanso promedio de 30 minutos entre cada visita que realizan, dependiendo también del recorrido.
Cada uno tiene su forma de avisar. Necro, por ejemplo, “rasga, rasga, rasga, se queda mirando a su operador, ladra y vuelve a rasgar”, explica el funcionario.
Pero en esta jornada no hubo suerte.
La unidad cree que posiblemente se encuentren más cuerpos en la parte baja del pueblo, donde está el río, que hayan sido arrastrados por el alud.
La tarea de búsqueda se complica de cualquier forma con cada día que pasa porque el lodo se seca y se hace más compacto en Las Tejerías, una localidad enclavada en las montañas a unos 50 kilómetros de Caracas.
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“Olor humano”
Estos agentes caninos, que ya han trabajado en operativos similares en otros estados del país, están entrenados para encontrar muertos. Protección Civil tiene otra unidad con perros especializados en encontrar personas vivas y que también han sido activados.
“¡Un perro para este lado!”, se escucha regularmente gritar a los vecinos cuando creen que pueda haber un cadáver.
“Detectan los rastros, el dióxido de carbono y adrenalina que degrada el ser humano en pleno síndrome del aplastamiento o en una situación adversa”, explica a la AFP el sargento Alfredo Sosa, de 33 años, a cargo de la unidad canina de los bomberos del estado Aragua, en el que se encuentra Las Tejerías, que también apoya las búsquedas.
Perciben “el olor humano”, asegura.
Sosa trabaja con Amigo “desde cachorro”. Este pastor belga ha colaborado en la recuperación de cinco cuerpos, junto con Brenda, otra K-9, que se lesionó uno de los pulpejos de sus patas mientras realizaba una búsqueda y ahora se encuentra de reposo.
Tampoco hubo suerte en este equipo. Pasaron y repasaron zonas, sin hallar una sola víctima.
Llegaron a una iglesia dónde presuntamente había 16 personas al momento del deslave, pero tampoco apareció nada. Hades y Necro también revisaron el lugar sin éxito.
Cae la tarde, termina la jornada. Los operadores a veces cargan a sus perros que terminan agotados.
Hay que recuperarse, la búsqueda continúa.