Las plagas de la minería ilegal, el narcotráfico y la guerrilla amenazan con acabar la “Amazonía venezolana”, denuncian indígenas del estado Bolívar
“Anteriormente vivíamos con el oro al lado y no le dábamos importancia, el medio de sustento era el conuco, la pesca, la agricultura, hoy en día la gente se quiere ir por ese camino de destrucción del ambiente”, dijo a la AFP Narcisa Pereira, indígena piaroa.
Se trata de un grupo de dirigentes indígenas que acudieron a la defensoría del pueblo preocupados por la minería ilegal y sus “repercusiones ambientales”, entre otras cosas solicitan “acciones” para proteger la Amazonía venezolana, plagada de narcotráfico y grupos guerrilleros.
Les lavaron el cerebro
Grupos de minería ilegal proliferan en el sur de Venezuela, en los estados Bolívar y Amazonas, ricos en oro y otros minerales.
“Muchos se han dejado lavar el cerebro con la gente criolla que ha ido a trabajar la minería”, denuncian.
Y las poblaciones indígenas “no se pueden desplazar libremente por sus territorios, los amenazan, los obligan, sobre todo a los jóvenes, a incorporarse en los grupos irregulares armados o a participar en actividades ilícitas como caleteros de los narcotraficantes”, denunció Raúl Cubas, coordinador de la ONG Observatorio para la defensa de la vida (Odevida).
“Dentro de una misma familia hay gente que se dedica a la minería o a trabajar con los narcos y se están perdiendo las costumbres ancestrales”, siguió. “Hace 20 años los jóvenes indígenas seguían las orientaciones de sus padres en el sentido de defender el territorio, el agua, sus costumbres y hoy eso está colapsado, es un daño estructural”.
El pasado 28 de mayo un grupo de indígenas atacó con arcos y flechas un puesto militar en la selva amazónica, en un caso que la Fuerza Armada vinculó a una incautación de materiales para estas actividades irregulares.
Al menos 14 personas resultaron detenidas.
Plagado de enfermedades
Los dirigentes denunciaron además un aumento en la zona de enfermedades como cáncer de colon, supuestamente por la contaminación de los ríos con mercurio, y un incremento de la deserción escolar.
“El grupo armado se los lleva a trabajar la minería, hay personas que abandonan a sus hijos para irse con la minería y los niños quedan con sus abuelitos, es muy triste todo eso que está pasando”, señaló Pereira.
La Defensoría del Pueblo, de línea oficialista, no se pronunció aún sobre el documento.
