viernes, mayo 3, 2024

“La vida era más segura allí que en la calle”: relata la esposa de un preso de Tocorón

La frialdad con la que los funcionarios se dirigen a los familiares de los reclusos desaparecidos tras la operación en Tocorón resquebraja la esperanza de encontrarlos con vida

A una semana exacta de que ocurrió el desmantelamiento en el penal de Tocorón, en el estado Aragua, son muchos los testimonios y relatos de familiares de reclusos, periodistas y hasta mujeres que hacían una vida dentro de ese recinto.

Parece surreal, que las personas prefieran vivir en una prisión a disfrutar de la libertad plena, pero esta era la vida que escogieron muchos de los familiares de presos que cumplían condena dentro de este recinto que era comandado por pranes, entre ellos Héctor Guerrero alias “El niño Guerrero”, cabecilla del Tren de Aragua.

Pero es que como no, si este centro penitenciario, que era comandado por presos, en vez de por autoridades, contaba con una serie de excentricidades que le permitía a estas personas “disfrutar de lo mejor” en un mismo lugar.

Entre lo que resalta es un restaurante que tiene rotulado en las paredes: “Steak House. Enjoy”. Queda al lado de la piscina, una doble pileta circular cruzada por un pequeño puente, desde allí se aprecia un parque infantil, en donde se presuma, los niños de los reclusos disfrutaban, mientras compartían a la vez con sus padres privados de libertad.

“La vida era más agradable y segura en la prisión que en la calle”, dijo a la agencia de noticias AFP bajo condición de anonimato la esposa de un exrecluso, ahora trasladado a otro centro penal. 

Las autoridades llevaron a cabo el sábado una visita al lugar guiada para la prensa, muy supervisada y muy parcial.

Sin embargo, los periodistas no tuvieron acceso a los túneles por donde se fugaron varios reclusos, ni tampoco al zoológico, en donde había flamencos rosas, sin dudarlo, una de las áreas que más impresionó a quienes siguieron la noticia desde redes sociales.

Lea también: ¡SE ESCONDÍAN EN TOCORÓN! Detienen a cabecillas de la banda AK-47, aliados del tren de Aragua en Colombia

Tocorón luego del desmantelamiento. (Foto: YURI CORTEZ / AFP)

Los testimonios

Rubeles Mejías, de 25 años y pareja de un recluso condenado a 13 años de prisión por homicidio, vivió 7 meses en la prisión. Sólo la dejó cuando su hija de 4 años tuvo que ir a la escuela.

Su “hombre”, con quien se casaría dentro de 15 días, es uno de los “bautizados”. En la prisión, estos cristianos que vestían de blanco formaban una casta aparte a la que los “malandros” -hampones- no molestaban.

“Había tranquilidad, había una piscina, un zoológico”, explicó esta joven peluquera el miércoles pasado a las puertas del penal y contó que el reo trabajaba en una pequeña tienda allí y le enviaba dinero para sortear la dura crisis venezolana. “Él es quien me ayuda”.

No obstante, no todos eran testimonios de tranquilidad. Luego de esta operación, reinó la incertidumbre para muchas de las familias que tenían a sus parientes cumpliendo condena en Tocorón.

Claribel Rojas llora. Busca a su hermano, reseñó AFP. Mientras que Nesbelis Mavares intenta encontrar a su pareja, condenado por feminicidio. 

“El último mensaje que recibí fue una nota de voz el miércoles que decía: ‘Te amo. Dios te bendiga'”, relata. “Son presos, pero no animales. Un guardia nos dijo ‘busquen en la morgue o busquen un muerto en los cerros'”.

Google News
Pulsa para seguirnos en Google News
Suscribir
Notificar de
guest

0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios

Mantente actualizado

Suscríbete a nuestro newsletter para recibir noticias y eventos importantes.

Nunca te enviamos spam, ni compartimos tu dirección de correo electrónico.
Aprende más de nuestra política de privacidad.

En portada ↓
Últimas noticias ↓
Más noticias sobre este tema ↓
0
Me encantaría tu opinión, por favor comenta.x