Antes que nada, no dejes de entrenar. Es posible que los compromisos de estas fechas festivas reduzcan tus posibilidades de entrenamiento, pero al final todo es fuerza de voluntad y organización
Estás en plena forma, haces tiradas largas a buen ritmo, puedes montar en bici sin parar más de tres o cuatro horas y de repente… ¡Navidad! Llegan las fiestas navideñas y con ellas los excesos alimenticios que pueden hacer que cojamos algunos kilos de más que luego cuesta muchísimo perder.
Interminables comidas demasiado abundantes y pesadas, exceso de consumo de carne roja y proteína animal, alcohol, alimentos ultraazucarados, grasas saturadas, hidratos de carbono en demasía… ¿Te suena? Sí, eso es exactamente la Navidad.
Aun sabiendo que todos caemos en la tentación durante las celebraciones, hemos decidido recopilar algunos consejos alimenticios que quizá te puedan ayudar a no coger esos temidos kilos que bajarán tu rendimiento sobre la bicicleta.
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Continúa entrenando en Navidad
Antes de nada, no dejes de entrenar. Es posible que los compromisos de estas fechas festivas reduzcan tus posibilidades de entrenamiento, pero al final todo es fuerza de voluntad y organización.
Si propones alguna salida incluso en días “tontos” como el 25 de diciembre o incluso el 1 de enero a una hora razonable, seguro que más de uno de tu grupo se apunta.
Si no puedes salir a rodar por las inclemencias meteorológicas o la falta de tiempo, siempre podrás hacer rodillo o bicicleta estática. Como te comentábamos en este artículo que publicamos recientemente, tiene ciertos beneficios frente a salir a la intemperie y, evidentemente, siempre es mejor que quedarte en el sofá tirado atiborrándote a turrón.
Evita los dulces y ponte límites
Los fabricantes de turrones, polvorones y dulces navideños cada año lo ponen más difícil. Parecen unos enviados del demonio para hacernos caer en la tentación.
Sus invenciones de sabores imposibles, con mezclas inauditas y apetecibles llegan a nuestras mesas de Navidad diciéndonos: “cómeme, pruébame… solo un trocito no te hará daño”. Pero la realidad es completamente distinta.
Los dulces navideños tienen cantidades de azúcar insultantemente altas. Te invitamos a revisar el valor nutricional de ese turrón grasiento que tendrás delante para que tú mismo te des cuenta de lo nocivo para tu dieta que es comer este tipo de alimentos.
Y si no puedes resistirte… al menos ponte límites reales. Puedes aplicar el dicho de: “lo poco gusta y lo mucho cansa”.
Adiós al alcohol
Durante la Navidad el alcohol corre por las mesas como el agua… Vino, cerveza, chupito, copa, otro chupito… y cuando te quieres dar cuenta te has hinchado a calorías.
Cada copa de cerveza tiene unas 150 calorías. 45 ml de licor café tiene 160 calorías. 145 ml de vino tiene aproximadamente unas 130 calorías. Un cubalibre aproximadamente unas 200 calorías. Y una piña colada más de 500 calorías.
Ahora echa cuentas. Reduciendo la cantidad de alcohol también reducirás la ingesta de esas calorías innecesarias. Además, te ahorrarás una buena resaca.
Elige canapés saludables
Los entrantes son una trampa. Eso de “picamos algo para abrir boca” acaba siendo un sumidero de calorías de los canapés que ha preparado tu suegra porque “te ve muy flaco”.
También es verdad que el mayor desprecio es no hacer aprecio y que al final, por no hacer el feo, acabarás picando algo. Así pues, elige los canapés más saludables. Aquellos que lleven salmón o queso fresco son más preferibles que los torreznos fritos o el queso curado. Intenta vencer la tentación y elige los más sanos y menos calóricos.
Pescado frente a la carne
Si puedes elegir, toma pescado o marisco. Y si es al horno o cocido, mejor que mejor. Evitarás pesadez de estómago y conseguirás mantener a raya la ingesta calórica. Además, que el pescado bien cocinado y el marisco son algunos de los manjares más codiciados en estas fechas festivas.
Y evidentemente mejor carnes menos grasientas, como el pollo.
De postre, fruta
Un buen truco para vencer a la tentación de los dulces es preparar fruta y tomarla al final de la comida. Así, con el estómago lleno, es probable que tengas menos apetito y quizá no te hinches a turrones, polvorones, trufas, panetone, roscón de reyes y demás postres navideños.
Compensa los excesos
Si un día comes demasiado, al día siguiente te tocará comer sano y salir a entrenar. Con lo que ingeriste el día anterior podrías vivir una semana en un búnker, de modo que al día siguiente intenta comer sopas, puré, ensaladas, fruta y comida baja en calorías en general.
Si consigues mantener una rutina así, evitarás ganar kilos y tu cuerpo (en general) te lo agradecerá.
Infusiones para recuperarte
Un buen aliado en Navidad son los tés e infusiones. Sus propiedades depurativas te ayudarán a mantenerte a tono. Por ejemplo, las de tomillo son muy buen diurético natural, mientras que el té verde, por ejemplo tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Incluso la manzanilla puede ser fantástica tras una comida copiosa.
Y si los tomas sin azúcar, mejor que mejor.
Tú te conoces mejor que nadie
Tampoco debes obsesionarte, pero si tienes tendencia a engordar será conveniente mantenerte a raya. Todos sabemos qué alimentos nos engordan más o aquellos a los que no nos podemos resistir. De modo que si organizamos una cena en casa, mejor si evitamos directamente comprarlos. Así no tendremos la tentación tan a mano.
Con información de Sport.es