La madre también fue condenada por omisión, mientras que el perro quedó absuelto
Kyle Bevan, un hombre de 32 años, fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Lola James, una niña de tan solo dos años de edad. La pequeña falleció tras recibir una brutal golpiza por parte de su padrastro.
El caso conmovió a la comunidad de Haverfordwest, en Pembrokeshire (Gales), donde se escenificó el juicio.
Según el Daily Mail, Bevan propinó una violenta paliza a la menor de edad, quien era su hijastra, y luego culpó al perro de la familia, alegando que este la había empujado por las escaleras.
Al llegar a la casa familiar los paramédicos encontraron a la nena inconsciente con la cara hinchada, magullada y mojada.
Madre culpable por omisión; el perro quedó absuelto
A todo esto, la madre de la niña declaró durante el juicio que los hechos ocurrieron mientras ella dormía, por lo que no pudo defender a su hija. No obstante, el tribunal argumentó que la mujer prefirió mantener su relación sentimental antes que priorizar el bienestar de la pequeña. Por este motivo, la progenitora recibió una condena a seis años de prisión.
La Fiscalía había acusado a la mamá de la menor de causar o permitir su muerte.
Mientras, el perro quedó absuelto, al no tener nada que ver con la situación.
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Lesión cerebral
Los hechos ocurrieron en julio de 2020. A la niña la trasladaron a un hospital luego del ataque. Los médicos le detectaron 101 lesiones superficiales, incluyendo hematomas y quemaduras. También sufrió daños importantes en todas las retinas.
Se supo que la menor sufrió una lesión cerebral que le provocó la muerte cuatro días después de ingresar al centro médico, reseñó Noticias Caracol.
La fiscal del caso reveló que Bevan buscó en internet información sobre los golpes de la niña luego de agredirla.