Revelaciones de un alma noble, empático, solidario, comprometido, querido por todos
Pablito Milanés fue mejor ser humano que el talentoso poeta cubano que devino en una de las figuras más emblemáticas del arte en Latinoamérica.
Pablito es un alma tan noble, elevado de espíritu, que fue capaz de perdonar a quienes tanto le hicieron sufrir en aquel campo de concentración donde fue obligado a hacer trabajo forzado…para hacerlo un “hombre de bien” que no criticara a la Revolución.
Fue uno de aquellos 50 mil jóvenes que tuvieron encerrados, esclavizados, en las nefastas Unidades Militares de Ayuda a la Producción UMAP, en los campos de la provincia cubana Camagüey, donde lo tuvieron metido entre 1965 y 1968.
Allí conoció a Silvio Rodríguez – su alma gemela, aunque parezcan caras distintas de una misma moneda, hermanos en el arte y en la vida- y donde también entabló amistad con Noel Nicola, otro gran trovador.
Fueron muchachos que condenaron porque pensaban libremente, ni siquiera contra el gobierno revolucionario, eran librepensadores que decían sus opiniones abiertamente.
Y aunque todavía el gobierno cubano sigue sin pedir perdón, Pablito Milanés siempre se mostró como un Revolucionario, y hasta se refirió a aquel atroz error de la Revolución diciendo en una de sus canciones “no vivo en una sociedad perfecta”.
Haydeé Santamaría, exguerrillera legendaria, amiga entrañable de Fidel Castro, una mujer con gran fe en los seres humanos, apreciadora de identidades y posibilidades, respetuosa de las diferencias ideológicas, ¡rescató a esos jóvenes talentos!
La visión de esa gran señora le permitió apreciar la alta valía de aquellos talentosos creadores menospreciados por el Partido Comunista, jóvenes talentos incomprendidos por los partidarios de la línea dura, extremistas que preferían la seguridad de lo mediocre a la incertidumbre de lo nuevo.
Haydeé se los llevó para la Casa de las Américas, institución cultural que Fidel le pidió que creara y dirigiera, donde empezó a patrocinarlos – ¡protegerlos! – facilitándoles sustentos a través de la composición y creación musical para películas en aquel Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte y la Cultura Cinematográfica ICAIC.
Gracias al apoyo de esa heroína de la Revolución cubana surgió la Nueva Trova, movimiento encabezado por Pablito y Silvio, unidos a los más notables talentos del arte ¡revolucionario!
La obra de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, los textos de sus canciones, son crónicas de lo transcurrido en la Revolución cubana.
Si como poetas y a nivel espiritual, Silvio es considerado el “José Martí de la música cubana”, Pablo Milanés es reflejo del alma de los cubanos y espejo de la dignidad latinoamericana… de ahí tanta admiración, cariño, y respeto de ¡todos!, más por Pablito.
Pablo AMIGO
En 1993, en aquella crisis llamada Período Especial que tan fuerte azotó a Cuba, Pablito Milanés creó una fundación: financiada por él mismo para apoyar y promover a la cultura cubana. Muchos talentos jóvenes pudieron sobrevivir a aquellos duros tiempos, gracias a la ayuda de la Fundación Pablo Milanés.
Artistas emergentes, no solo músicos, también de todas las artes, pudieron darse a conocer. Así Pablito le retribuía a la vida, como dijo a los que estábamos con él, una noche de verano, compartiendo en la Casa del Joven Creador de la Habana Vieja.
Trovadores como Carlos Varela, Gerardo Alfonso, Santiaguito Feliú (QEPD) y el sonero Leoni Torres; actores como Luis Alberto García y Jorge Perugorría “Pichi”; los directores audiovisuales Juan Pin Vilar, Delso Aquino, y yo… le estamos eternamente muy agradecidos.
Mi querido Pablito
Nunca en la vida me ha tocado tan duro escribir algo… entre lágrimas estoy plasmando ideas.
A Pablito le agradezco muchísimo y por tanto, que me es muy difícil rememorar. Les comparto cuatro anécdotas de mi relación con él, quien considero un hermano mayor.
En el año 93, estrené mi obra de teatro “Balseros” en la casa de Cultura de Plaza, en el Vedado, barrio habanero. Debut que se pudo hacer gracias a Pablo Milanés: me habían censurado la obra, y no solo prohibieron el estreno, sino que fui llevado preso para la Estación de Policía de Zapata y C, acusado de contrarrevolucionario. Todavía no sé cómo se enteró -porque él nunca me quiso decir- pero Pablito llegó, discutió con los policías, hizo que me sacaran del calabozo, logró que me liberaran, luego habló con varios funcionarios y propició que entendieran los mensajes de mi obra teatral, hizo que permitieran hacer la representación (tuvimos hasta más público) y así se pudo poner en escena mi primera obra de teatro.
En Cuba se producen muchas radionovelas y pocas telenovelas. Radio Progreso, emisora nacional cubana es la “meca de las radionovelas” y en el espacio estelar logré que me realizarán la novela “Atravesando Soledades” – la única mía ahí- y Pablito Milanés aportó su canción “La Soledad” que fue el tema de presentación de mi obra.
Años después, estuve muy enfermo y debí operarme; aunque la salud en Cuba es gratuita, no había disponibilidad de camas hospitalarias. Mi mamá, angustiada, habló con Pablito, y él ayudó a que me atendieran en el Hospital Hermanos Ameijeiras -en aquel entonces el mejor y más moderno del país- y fue más allá en su solidaridad pues le dio 100 dólares (una millonada cuando aquello en Cuba) para que mi madre pudiera alimentarme muy bien durante mi recuperación.
Memorable fue el bautizo, con un apodo, que me hizo Pablito, quien tenía un fino sentido del humor. Una vez le conté que en la heladería habanera Cooppelia me habían arrojado un helado en la cara porque había comentado algo inoportuno a una chica, y como siempre he sido tan malo para el inglés en ves de decir Sundae dije Sandy… y Pablito me dijo “Ay, eres un sonso Sandy”. Desde ese día, Pablito y todos los amigos comunes artistas, empezaron a llamarme por ese apodo; al punto en que si les dicen mi nombre quedan pensando para identificarme, pero si se les dice el “Sandy” ¡de una!
A Pablito Milanés le digo que siempre será inolvidable, eterno, y lo que aquí he escrito es – parafraseando el estribillo de una de sus canciones emblemáticas- que este es “un homenaje para tu ausencia, lo llenas todo con tu presencia”.