Gustavo Petro ha calculado muy bien su juego político, puesto que al estar inmiscuido en cualquier negociación que se dé dentro de Venezuela, para solucionar la crisis, o que se produzca afuera, para reinsertar al país en mecanismos como la CAN, le convertirían en un líder regional
La reanudación de relaciones entre Colombia y Venezuela, proceso que comenzó oficialmente el 26 de septiembre, pero que se concretó en la semana, con la visita del presidente Gustavo Petro, no es solo un mero hecho mediático.
Era natural que así sucediera, tras la elección del mandatario Petro, quien durante su campaña, una de sus principales banderas era retomar las relaciones comerciales y diplomáticas con Venezuela, rotas desde hacía años, pero principalmente desde el 2019, cuando Iván Duque desconoció a Maduro y otorgó estatus de “presidente interino” al dirigente opositor Juan Guaidó.
Duque, junto con la administración de Donald Trump, encabezaron en el hemisferio el movimiento de países que fue cerrando las puertas al madurismo, sobre la base de que las elecciones presidenciales del 2018 “no fueron legítimas”, lo que acarreó no solo el rompimiento de todo tipo de relaciones, sino las sanciones económicas que a lo largo de los años demostraron ser más perjudiciales para el venezolano común que para Maduro, quien permanece en Miraflores.
Así las cosas, la presencia de Petro en Caracas, sus discursos y sus acciones, ante la comunidad internacional, van más allá que la mera reanudación del intercambio comercial entre las dos naciones o de lo que señala la declaración conjunta firmada con Maduro, donde se comprometen a defender el “legado de nuestros libertadores”.
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El tema político regional
Para el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, “era natural que la apertura de relaciones entre Venezuela y Colombia se diera, en los términos y hechos sucedidos desde septiembre, pues era una promesa de Petro”, expresó.
No obstante, además de este objetivo, hay otro más importante, según León, quien, en entrevista con Impacto Venezuela, cree que Petro busca erigirse como líder político de la región y el tema Venezuela le viene como anillo al dedo.
Destacó, por ejemplo, que en la declaración conjunta, se mencionara el tema del diálogo entre el oficialismo y la oposición, proceso del cual, a su juicio, Colombia saldría beneficiado.
“Petro busca la apertura comercial que para Colombia es sumamente importante, porque es una oportunidad de expandir mercados y el sector privado lo está pidiendo a gritos”, dijo.
“Por el otro lado está el tema político regional y para Petro es importante posicionarse como líder regional. El tema Venezuela es el más cercano a ese objetivo y cualquier búsqueda de una negociación política en Venezuela o en la región, va a pesar sobre Colombia”, explicó el entrevistado.
Añadido a esto, resalta el hecho de que “la izquierda ha vuelto a ganar terreno en América Latina, con el reciente triunfo de Luis Lula Da Silva”, dijo.
Subrayó además, el papel que juega Colombia “con el tema fronterizo y migratorio. Incluso, el reingreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), es un asunto que puede terminar liderando Petro para reinstitucionalizar esas relaciones, al final de cuentas en un país desinstitucionalizado como Venezuela podrían importar las reglas de la CAN, en los temas comerciales, políticos y sociales”, manifestó.
El papel de EE.UU.
En este tablero político regional, el papel de Estados Unidos también es importante, puesto que este país encabeza las sanciones contra el madurismo y, principalmente, sobre la industria petrolera.
En este sentido, Luis Vicente León aclara que a “EE.UU. no le ha gustado mucho que Petro haya ganado las elecciones, pero ha sido respetuoso con ese proceso y también lo ha sido con la decisión de reanudar las relaciones con Venezuela. Pero, debemos estar claros en que, a través de las sanciones, EE.UU. ha hecho lo posible para que Conviasa pueda volar a Bogotá y has ahora lo ha logrado, por ejemplo”, aseveró.
No obstante, subraya que la administración de Joe Biden también está consciente de que las sanciones no sirvieron de nada y “está buscando alternativas”.
Sostiene que “el triunfo de Lula, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en México, el giro latino hacia la izquierda moderada y esta visita de Petro es el preludio del fin de la estrategia que EE.UU. ha seguido frente a Venezuela. Sería extraño que (Biden) se enfrentara a la región para sostener algo que evidentemente no ha funcionado”, expresó, en referencia expresa a las sanciones.
El rol mediador de la región
Por otro lado, el analista de políticas públicas, Michael Penfold, coincide con León en la importancia de los alcances de la visita de Petro a Caracas, que van más allá de un apretón de manos entre presidentes.
Para Penfold, lo que hay tras esa visita es el papel que Petro pretende jugar, y es el de los gobiernos de la región que podrían tomar un rol de mediador, en un nueva y cercana fase de negociaciones entre el oficialismo y oposición.
“Llama la atención que al final de la reunión entre Petro y Maduro, cuando leen el documento en conjunto, hay un punto donde Colombia le augura el mayor de los éxitos a Maduro en esas negociaciones y se pone a su disposición en ese proceso”, destacó el analista, en entrevista con Unión Radio.
Dijo que este hecho “hace ver que ya Miraflores está abierto de forma más firme a entrar dentro de un proceso de diálogo”, donde Colombia podría tener un papel importante.
En este sentido, le llamó la atención que “Maduro se abre políticamente con los países de la región para buscar el reconocimiento de su gobierno ante un contexto signado por la crisis migratoria, petrolera y económica que le restan atractivo a la nación”.
«La responsabilidad de la oposición en este momento es tratar de poner ese proceso lo más atractivo posible para que el chavismo tenga los incentivos para sentarse y eso va a depender no solo de la oposición, sino de los Estados Unidos en empezar a flexibilizar ciertos acuerdos y sanciones internacionales, en particular las petroleras, que permitan que Venezuela logre exportar en un principio por lo menos 100 mil b/d pero que pueda ir creciendo en la medida en que esos acuerdos avancen», resaltó.