Galué pasó de ser el villano favorito de las telenovelas a productor de ellas
Nació en Maracaibo hace 73 años como Henry Angel Galué Bozo, pero artísticamente la gente lo reconoce como Henry Galué. Sin necesidad de ponerse más adornos ni otros elementos.
Su rostro se hizo muy popular en la década de los 80 como el terrible Julián Zerpa, de la telenovela El sol sale para todos, de César Miguel Rondón. Si bien unos antes, Henry había dado sus primeros pasos ante las cámaras en producciones como Rafaela, no sería sino en este drama como maltratador que se haría notar.
No cualquier actor hubiera aceptado el papel de un hombre, además de machista, violento. Un tema tabú para la época en una historia que debía ser rosa. Y de amor.
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Quizás por ese excelente desempeño se le encasilló en ese tipo de papeles, pues unos años más tarde, ya en la década de los 90, otro villano también le haría eco a su consolidación. Se trató de Eliseo Monteverde, en Pasionaria.
Así transcurrió su carrera, hasta que la evidente caída de la industria de la televisión venezolana hizo que buscara otro camino. Y llegó la producción y dirección con su propia empresa, Quimera producciones.
Para ello no dudó en alinearse con el gobierno nacional para Guerreras y Centauros, una producción épica y costosa que no solo trajo de vuelta a Víctor Cámara a las pantallas locales, sino que tuvo un sinfin de contratiempos y poco éxito en su transmisión.
Desde antes de la pandemia, Galué produce Intriga tras cámaras, una telenovela protagonizada por Adrián Delgado y Alexandra Braun que también espera por su estreno, pese al tiempo y dinero que se ha invertido en ella.