Su idea era ejercer la profesión que no pocas cejas le arrancó durante su vida universitaria, pero Reina Hinojosa cumplió su sueño
A Reina Hinojosa le tocó debutar, con un pequeño papel, nada menos que en Leonela; la icónica creación de Delia Fiallo que, en 1983, cambió la televisión.
El éxito de la historia protagonizada por Mayra Alejandro y Carlos Olivier sirvió de portaaviones a unos cuantos de su elenco, entre ellos a la joven que, apenas, se abría paso en el campo artístico.
Lo de ella, quien también probaba suerte como modelo de comerciales, era emular a Jane Fonda, la heroína fitness del momento. Así, mientras cultivaba su cuerpo, Reina se daba un chance para dedicarse a lo que, realmente quería.
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Así las cosas, la joven terminó sus estudios universitarios de Economía, pero nunca ejerció como tal. Una compañera de aulas la animó para que hiciera el casting en Radio Caracas Televisión con el cual se daría a conocer.
El resultado fueron una 20 de telenovelas y algunos montajes teatrales. Pero fue su físico el que también la tuvo siempre en el ojo del huracán, al considerarse que Reina Hinojosa tenía uno de los mejores cuerpos de la farándula venezolana.
Se le adjudicaron varios romances con estrellas masculinas de la época, pero lo cierto fue que el cantante Alfredo Alejandro, el segundo venezolano en ganar un Festival OTI, de quien se divorció poco después.
Después de participar en Vivir para amar, una producción dramática de TVes, Reina Hinojosa se fue a Miami. Allí, no solo probó suerte en castings para las cadenas hispanas Univisión y Telemenundo, sino que también decidió estudiar arte dramático.
Hace más de un año volvió a Caracas y si bien los ejercicios copan su atención quiere incursionar, no solo como actriz sino también como productora, en el teatro.