La terminal aérea de la ciudad de Los Caballeros tiene unas condiciones especiales, que no fueron seguidas aquel fatídico febrero del 2008
Las autoridades aeronáuticas venezolanas han anunciado con bombos y platillos los vuelos de prueba que ha realizado la aerolínea Conviasa, con el fin de reanudar las operaciones en el aeropuerto Alberto Carnevalli de la ciudad de Mérida.
Desde febrero del 2008 las operaciones comerciales de envergadura en dicha terminal aérea fueron restringidas, después que un avión ATR-42 (el mismo modelo que actualmente utiliza Conviasa para las pruebas) se estrellara.
Después del accidente de la aeronave YV-1449 de Santa Bárbara Airlines, que dejó el fatídico saldo de 43 pasajeros y tres miembros del personal a bordo muertos, tras el impacto contra una ladera en la serranía andina, Las autoridades del momento ordenaron restricciones para las operaciones en el aeropuerto, afectando el ámbito económico y turístico de la Ciudad de Los Caballeros.
En un principio se habló de la dificultad para aterrizar y despegar del aeropuerto, donde sus condiciones meteorológicas son tan considerables, que los pilotos deben adiestrarse para poder aterrizar en el mismo.
Sin embargo, para el piloto, investigador de siniestros aéreos y experto rescatista, Enrique Martin, lo sobrevenido con el ATR 42 de Santa Bárbara Airlines, fue una situación que pudo evitarse, donde el chivo expiatorio terminó siendo la situación geográfica del aeropuerto.
Martín indica que como todo aeropuerto, el Alberto Carnevalli de Mérida tiene ciertas condiciones y medidas o normas a seguir, que en el caso del avión de Santa Bárbara Airlines fueron ignoradas y al final convirtieron la situación en una tragedia.
Martín asevera que el problema no son las condiciones meteorológicas de Mérida y mucho menos la geográfica. Simplemente, hay unas normas a seguir para poder aterrizar y despegar de Mérida y las mismas no fueron acatadas.
ABC en Mérida
“El aeropuerto de Mérida tiene sus características como todo aeropuerto. Allí se permite la operación de ciertas aeronaves con ciertas características por medidas de seguridad. La ciudad de Mérida está a una altura que limita muchas operaciones. Y hay que tener cuidado en esas operaciones. Cualquier piloto entrenado y capacitado como piloto que haya aprobado sus cursos y tenga su licencia vigente, puede operar en el aeropuerto de Mérida, no se necesitan pilotos de la NASA. Los pilotos deben tener su certificación como lo corresponda. Lo que deben tener es el criterio para cumplir los procedimientos de ingreso y de operación en ese aeropuerto”, dice Martín.
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Desde la década de los 50, según las normas de aeronáutica civil en Venezuela, tanto los despegues, como los aterrizajes, deben hacerse de manera manual, con visibilidad. Una vez que en el mundo aparecieron los sistemas de navegación satelital, en el país se prohibió el uso de estos implementos al momento de aterrizar y despegar. Estas acciones deben estar en pleno dominio de los pilotos.
Por otra parte, en el caso de Mérida hay solamente una ruta autorizada para aterrizar y despegar, es decir, una aeronave debe seguir una línea imaginaria que ya es establecida, por lo que no deben tomar otra ruta.
“La entrada al aeropuerto, desde hace muchísimos años, está establecida en la década del 50, por normas del entonces ministerio de transporte y comunicaciones, de ingresar por la zona de El Vigía y el callejón del Chama”.
“Si se observa nubosidad en esa ruta de ingreso que es una ruta de penetración visual. Si no tienes visual debes abortar el aterrizaje en el aeropuerto de Mérida y devolverte. Las entradas por otras áreas están totalmente prohibidas”.
“El aeropuerto de Mérida no es un aeropuerto peligroso, pero si es un aeropuerto que tiene sus condiciones y todos los accidentes que han ocurrido, de esos 38 hasta 1983, no son culpa del aeropuerto, el aeropuerto no es responsable. El aeropuerto tiene sus condiciones de operación, sus limitantes y tiene su listado de aviones que debido a sus condiciones pueden operar allí”.
¿Y qué fue lo que hizo el YV-1449?
Según Martin, desde un principio se cometieron una serie de irregularidades ese 21 de febrero del 2008.
“Estaban operando fuera de la condición establecida. ¿Y por qué estaban operando fuera de la condición establecida? Bueno, porque ellos pidieron permiso a la autoridad aeronáutica de esa época y los autorizaron a volar por la zona del Observatorio, en una ruta gps. Entonces el accidente no fue porque el piloto despegó corriendo, no. El accidente es organizacional, porque el responsable fue la organización que autorizó el permiso, qué permitió a un controlador que se hiciera a la vista gorda de las operaciones indebidas”.
El caso de Santa Bárbara ocurre, según Martín, porque sencillamente la aeronave despegó y siguió una ruta no autorizada. En el audio de la caja negra se percibe que los pilotos volaban con GPS aparentemente.
Además, no hubo un alerta de parte de los controladores aéreos, quienes autorizaron la nueva ruta del avión.
“El aeropuerto no es inseguro, los accidentes que han ocurrido no son culpa del aeropuerto. El aeropuerto tiene una condición, una forma de operación y esa forma hay que cumplirla”, explica Martin
“Todos los accidentes ocurridos en las montañas de Mérida, son responsabilidad única de los pilotos y en cierta medida, en el caso de Santa Bárbara, específicamente, además de los pilotos, el principal responsable es la autoridad aeronáutica que autorizó una ruta indebida, la empresa que la solicitó y por último en esa cadena, quedarían el piloto y el controlador aéreo que se hizo la vista gorda”.
Un poquito de historia
El aeropuerto de Mérida fue inaugurado en 1946, con el aterrizaje de un DC-3 de la línea Taca.
Años después la línea Taca se fusiona con Aeropostal.
El 20 de mayo de 1958 le colocan el nombre de Alberto Carnevalli. Vale acotar que las dimensiones de la terminal, debido a su condición geográfica, no es muy extensa (esa pista tiene 1630 metros de largo por 60 metros de ancho).
“En su momento, Aeropostal trajo a unos expertos de Mcdonells Douglas, para poner en operatividad los DC-9. Hicieron un estudio para poder aterrizar este tipo de avión, el cual concluyo con una operación que desarrollaron, con unos parámetros y unas tablas para poder aterrizar con el DC-9 en Mérida”.
PARA EL CONOCIMIENTO DE EL QUE ESCRIBE ESTA NOTA, NO ES VERDAD QUE DESDE EL 2008 NO SE EFECTÚAN VUELOS COMERCIALES EN EL AEROPUERTO “ALBERTO CARNEVALI”, EN SEPTIEMBRE DEL 2013 INICIO OPERACIONES LA AEROLÍNEA AVIOR CON UN FOKKER 50 DE FABRICACIÓN HOLANDESA. DICHAS OPERACIONES SE REALIZARON HASTA JUNIO DEL 2014, LA AEROLÍNEA JUSTIFICO LA SUSPENSIÓN DE LOS VUELOS DICIENDO QUE NO LES ERA RENTABLE. LUEGO DE ESO NINGUNA OTRA AEROLÍNEA QUIZO HACER O REALIZAR OPERACIONES PARA ESTE AEROPUERTO HASTA LA FECHA.