El exministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, sostiene que la crisis humanitaria del país amerita que el dinero del FMI se use en resolver los problemas más graves de Venezuela
Para el economista y exministro de Finanzas de Hugo Chávez, Rodrigo Cabezas, el mejor uso que se puede dar a los 5.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) es el humanitario.
Se refiere la posibilidad de que, como consecuencia de los acuerdos del diálogo en México, el FMI acceda a entregar a Venezuela esos derechos de giro.
“La nación puede llegar a un acuerdo de cómo utilizar los más de US$5.000 millones asignados por el Fondo Monetario Internacional. Esos recursos pueden ir a tres aspectos: salud, alimentos y la vacunación”, propuso.
Cabezas emitió sus declaraciones en Unión Radio, donde expresó sus esperanzas de que se concreten las negociaciones, sobre todo por las medidas de carácter humanitario que se tienen que tomar. En este sentido, cree que el liderazgo político debe dejar de lado sus intereses particulares.
La crisis se debe resolver
“Hay una crisis económica y humanitaria muy importante que se expresa en la caída de los niveles de consumo y aumento de la desnutrición”, lamentó.
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Dijo que “hay 600.000 niños que están en situación de desnutrición, lo que obliga que el liderazgo político a que discuta este tema”.
Y sobre el dinero del Fondo Monetario, específicamente, recomendó que haya “un acuerdo operativo de tipo financiero para manejar estos recursos. Creo que se puede lograr ese acuerdo”, insistió.
En otro orden de ideas, considera que las elecciones del 21 de noviembre “no tendrán un impacto significativo sobre la economía. No tengo duda que terminaremos el año en recesión económica, con una desaceleración de -5% del PIB y la inflación cercana o superior a 1.200%. Una inflación devastadora que hay que detener”, resaltó.
Y sobre la reconversión monetaria, remarcó que “no va a resolver los problemas capitales del desequilibrio macroeconómico que tiene Venezuela”.
En agosto, el FMI concretó la entrega de más de 600.000 millones de dólares en derechos de giro a países emergentes. Asimismo, destinó recursos a naciones afectadas por la pandemia.
A Venezuela no le entregaron los 5.000 millones de dólares que le correspondían, porque el Fondo no tiene claro quiénes son las autoridades legítimas del país.
