jueves, diciembre 12, 2024

SALUD MENTAL al LÍMITE: familiares de presos del 28J enfrentan otro flagelo implacable

La ONG, Una Ventana a la Libertad, alertó acerca de otra consecuencia de la detención de cientos de personas, tras las elecciones del 28 de julio: el deterioro emocional y, por ende, de la salud mental de las familias

Mariana se despierta sobresaltada, con palpitaciones y su respiración limitada. Toma su celular y ve la hora, son las 3:45 de la madrugada.

Esta situación se ha vuelto frecuente en ella desde que su esposo quedó detenido y fue llevado al Centro de Detención Preventiva (CDP) de la Policía Nacional Bolivariana, en el sector Sabanamar de Porlamar, en la isla de Margarita.

Para Mariana, la sorpresiva detención de su esposo ha sido una pesadilla que le ha quitado su tranquilidad tanto física como emocional.

“Me siento en una pesadilla desde que él está preso, no puedo dormir bien y me paro sobresaltada todas las noches. Todo el día pienso que le puedan hacer algo en ese pequeño calabozo, que comparte con 10 personas, ahí pueden herirlo en alguna riña o contagiarse de una enfermedad”, reseña.

Esta mujer, de 36 años, nunca ha ido al psicólogo, ante este cuadro de ansiedad que le ha generado el encarcelamiento de su esposo, al que a diario debe llevarle las tres comidas del día.

“Mis amigos me dicen que tengo estrés y ansiedad, es posible porque me siento agotada todo el día, quiero que esta pesadilla que inició hace dos meses termine de una vez por todas. Lamentablemente, no me puedo dar el lujo de ir al psicólogo, ya que una consulta privada ronda los $30 y con él preso, la que trabaja y mantiene la casa, soy yo. No me puedo dar ese lujo”.

La margariteña relata que al principio, cuando se despertaba en la madrugada, esperaba que amaneciera para irse al CDP y tener noticias de su esposo. “Llegaba a las seis de la mañana y los policías me decían que me fuera a casa, que las visitas eran a las 9AM, pero yo no tenía tranquilidad. Poco a poco he podido estar más tranquila. Gracias a la ayuda de mi familia y amigos, he llevado este proceso con más calma, pero es muy fuerte”.

También destaca que su esposo, luego de varias semanas detenido, cambió su conducta y lo sentía violento. “Él sentía que yo no estaba ayudándolo, cuando iba a la visita me trataba mal y me reclamaba, estaba agresivo, sentía rabia en su mirada. Yo hice y hago todo lo que puedo para tenerlo libre y en casa”.

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Una población desasistida

La presidenta del Colegio de Psicólogos de Nueva Esparta, Eucaris Areinamo expresó su preocupación por la salud mental de los privados de libertad y sus familiares en el contexto de las condiciones carcelarias del país. Explicó que esta situación genera altos niveles de ansiedad, estrés y trastornos del sueño tanto en los reclusos como en sus allegados.

Asimismo, destacó la importancia de brindar atención psicológica tanto a los privados de libertad como a sus familiares, especialmente en un contexto de hacinamiento y violencia. Areinamo denunció la falta de atención psicológica sistemática dentro de los centros penitenciarios.

“Desde el Colegio de Psicólogos y la Federación Venezolana de Psicólogos estamos trabajando para crear un staff y atender a distancia. Es un sistema para la población general, pero sería excelente atender también a los privados y familiares, porque están muy desasistidos y es una población vulnerable”, indicó.

La especialista puntualizó que es urgente implementar programas de atención psicológica tanto dentro como fuera de las cárceles. “Los privados de libertad y sus familiares necesitan un apoyo, un acompañamiento psicológico para todo ese proceso. Es que, aunque alguien sea culpable y sea llevado a la cárcel, necesita el apoyo, ya que genera alteraciones en la salud mental y en la salud, y por ende, la salud emocional”.

La presidenta del Colegio de Psicólogos desconoce si el Ministerio Penitenciario cuenta con un equipo de psicólogos en la región insular, pero destacó que la Unidad de Psicología del Hospital Luis Ortega, tiene años cerrada, era la única pública que funcionaba en el estado Nueva Esparta

Areinamo reconoce que una buena parte de las personas privadas de libertad viene de familias de bajos recursos, por lo que pagar una consulta privada es bastante complicado, ya que actualmente la situación socioeconómica es compleja.

“Desde el Colegio de Psicólogos y la Federación Venezolana de Psicólogos estamos trabajando para crear un staff y atender a distancia. Es un sistema para la población general, pero sería excelente atender también a los privados y familiares, porque están muy desasistidos y es una población vulnerable. Es más, sería bueno hasta para los custodios, ya que esta situación de reclusión desgasta la salud mental de todos los involucrados”, indicó.

La salud mental es un eslabón perdido para los privados de libertad de Nueva Esparta y para sus familiares, una asignatura pendiente que las autoridades sobrevaloran.

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