El Observatorio de la Diáspora Venezolana espera presentar un informe con cifras actualizadas sobre el fenómeno migratorio venezolano, en abril
Actualmente, hay 7 millones de venezolanos fuera del país. Dos tercios de los venezolanos que se fueron están en América Latina y, el resto, está esparcido por el mundo. Son 90 países y más de 400 ciudades que han recibido a estos migrantes.
Tomás Páez, coordinador del Proyecto Global del Observatorio de la Diáspora Venezolana, dio la información, en entrevista con el portal Banca y Negocios.
Se trata de un proyecto que espera producir un informe, en abril, correspondiente al primer cuatrimestre de este año, con la finalidad de actualizar esa cifra. “Debe haber un poco más”, precisó.
“La diáspora es un fenómeno complejo”, explica Páez. “Hay de todo: emprendedores, empresarios, petroleros, redes de ingenieros, médicos, etcétera”, señala. Indicó que la ONG ha contabilizado unas 900.000 solicitudes de asilo.
La ONG se ha encargado de hacer un “mapeo” de las organizaciones que en todo el mundo se encargan de velar por los derechos de los migrantes venezolanos.
“Tenemos mapeadas casi 1.000 organizaciones diaspóricas en el mundo. La gente no migra a países, sino a ciudades, localidades, a comunidades. La precisión en el dato es importante para hacer políticas públicas. Cuanto más preciso mejor. Eso es lo que estamos haciendo con la estrategia de gobernanza y con la Red Global de la Diáspora de Venezuela”, expuso.
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Las remesas
El experto dice que el tema de las remesas que llegan a Venezuela, producto de la migración “es complicado”, debido a que aún no se ha podido determinar de “dónde vienen”, en el estado de que hay estados como Zulia y Táchira que reportan más migrantes que otros.
No obstante, resalta que hay estudios de otros expertos que aportan un aproximado del dinero que llega al país por esta vía.
“(Luis) Oliveros habla de entre 4.000 y 4.500 millones de dólares anuales. Manuel Orozco habla de aproximadamente 6.000 millones de dólares. Quizás sea un poco más, porque no se contabilizan teléfonos que se envían, compresores de neveras, pagos de clubes, condominios residenciales. Además de los viajes que se pagan a los familiares. Hay mil cosas que hacen compleja esta medición”, insistió.
“Ese es uno de los temas que uno reclama. Ninguno de los candidatos en las regionales, e incluso los partidos políticos en Venezuela, tenían noción de cuánta gente había salido de sus estados. Y esto es importante, porque tiene un impacto –no solo en lo financiero- en los niños y adolescentes dejados atrás. Estamos hablando de 1.200.000 menores. El cambio poblacional, la incidencia en educación y salud”, remarcó.
¿Cómo se caracteriza?
“Saber quién pasa coleto en Perú, o es mesero en Madrid, es difícil. Pero estas personas perciben ingresos que no recibe un ejecutivo en Venezuela. Eso es lo que les permite enviar remesas. Como el trabajo no denigra, ahí está el esfuerzo de la diáspora venezolana por producir”, asevera Páez.
“Nosotros venimos haciendo un trabajo con la Red Global de la Diáspora Venezolana, junto con todas las organizaciones activas con la migración en sus distintos segmentos”, señala.
No obstante, critica que el Estado venezolano tiene esa data y no la libera. “Ahí comienza el primer acto de xenofobia y desprecio hacia los venezolanos. Porque tienen los datos de los consulados, de la gente que ha salido por los puertos, aeropuertos, y puntos de control fronterizo. Tienen los datos de los pensionados y jubilados, de la gente que solicita pasaporte, etcétera”.
El gobierno “tiene el registro electoral y puede hacer el análisis de esas 7 millones de personas. De ellas 5 millones son votantes potenciales, pero que no han logrado actualizar su estatus”, afinca.
La xenofobia
Páez enfatiza que “el fenómeno de la xenofobia está muy mal encarado en general. Por ejemplo, la prostitución no se produce fuera de la frontera, sino dentro. La gente se tiene que prostituir dentro de Venezuela. Tengo la historia de una estudiante que pidió no ser juzgada por lo que iba a hacer, porque tenía dos niños”, relata.
A su juicio, “la verdadera crisis no es la migratoria, sino la que tiene Venezuela. Cuando el PIB cae 80%. Si un país tiene casi 400.000 muertos acumulados en más de 20 años, sin guerra, la cosa es preocupante. La crisis no es la de la diáspora, sino la del país. No hay país socialista que no haya generado diáspora”, alerta.
“La xenofobia se origina en Venezuela. Hay suficientes antecedentes. ¿Por qué tenemos un gobierno xenófobo? Porque ha dicho ante otras naciones que la diáspora no existe, que eso es un invento del imperialismo. Lo dijo Diosdado Cabello, y antes lo había dicho José Vicente Rangel. El hecho de que Venezuela no haya producido información epidemiológica, que el BCV no suministre información sistemática que permita a las empresas ver por dónde van los tiros. Y asimismo cuando se niega que 7 millones de personas se han ido, eso es xenofobia pura y dura”, afirmó.
