Los efectos del silencio ayudan a reducir el estrés y el riesgo de enfermedades cardiacas. ¡Créelo! La ausencia de ruido resultar maravillosa
Aunque nos hemos acostumbrado al ruido, la falta de sonido alguno y permanecer un tiempo sin hablar, es decir, el silencio, es una necesidad humana en la que no solemos reparar.
Callar y hacer silencio de manera consiente aporta numerosos beneficios a nuestro organismo. Toma nota, estos son los más importantes:
Reduce el estrés y la ansiedad
Con el ruido aumenta en nuestro cuerpo los niveles de cortisol y adrenalina, las hormonas relacionadas con el estrés. Sin embargo, el silencio tiene el poder de liberar el estrés y la tensión en el organismo y el cerebro.
Es decir, el silencio favorece la relajación, un estado que para la mente es fundamental.
Con él no ralentizamos, recogemos, tranquilizamos y escuchamos nuestros pensamientos negativos o automáticos del “tengo y debo que”, para así cambiarlos y ver si son tan “útiles”.
Un artículo publicado en 2016 en la Revista Heart que recogió los resultados de un estudio de la Universidad de Pavia (Italia), describe que dos minutos de silencio so más relajantes que dos minutos de música relajante.
“La pausa redujo la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la ventilación por minuto, incluso por debajo de la línea de base”, explicaba.
Disminuye el riesgo de enfermedades cardiacas
Y como alivia el estrés, baja la presión sanguínea. Diversas investigaciones relacionan la exposición continuada al ruido con la hipertensión arterial y la arteriosclerosis.
El psicólogo ambiental Craig Zimring afirmó en 2004 en un artículo que examinaba el ruido de las unidades de cuidados intensivos neonatales que la contaminación acústica hace que nuestro cuerpo eleve la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
Aumenta la sensación de bienestar psicológico
En un ambiente relajante, el organismo empieza a segregar endorfinas (hormona de la felicidad) y serotonina, lo que produce un cambio a positivo en el estado de ánimo.
Mejora el sueño y reduce el insomnio
Relajarnos con silencio antes de acostarnos es muy importante para disfrutar de un sueño reparador. Pero incluso si estamos en silencio durante varios minutos al día también nos puede ayudar a conciliar el sueño.
Y es que practicar la meditación reflexiva y consciente que promueve el mindfulness, que anima a centrar la atención en el aquí y ahora y observar de forma objetiva los pensamientos y emociones, podría ayudar a las personas mayores a dormir mejor por la noche, según un estudio publicado en 2015 en JAMA Internal Medicine.
Regenera el cerebro
De acuerdo con un trabajo científico de 2013 que apareció en la revista Brain Structure and Functions, dos horas de silencio al día permiten el desarrollo de nuevas células en el hipocampo, la región del cerebro asociada al aprendizaje, la memoria y las emociones.
Fomenta la creatividad y el aprendizaje
Además, el silencio ayuda a concentrarse, mejorar la atención, reflexionar en profundidad, a que surja la inspiración y, por tanto, aumenta nuestra creatividad.
También refuerza el sistema inmunológico y ayuda a mitigar dolores de cabeza y migrañas.
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Cómo practicar el silencio
Cualquier momento es bueno para estar en silencio. Uno de ellos, la noche. Lo mejor a la hora de irse a la cama es el silencio, ayúdate escuchando los latidos de tu corazón, imaginando el mar u otro espacio de la naturaleza.
En la mañana, cuando nos levantamos, también es un momento idóneo para practicar el silencio: Hazlo a diario y asúmelo como una rutina.
Esta fórmula ayuda a “cargar las pilas” para llevar la jornada y centrarte en lo realmente importante.
Por supuesto, hazlo cuando el cuerpo lo necesite, sea la hora que sea. ¿Las señales? Cuando notemos palpitaciones, nudo en el estómago, no podemos tragar…, es conveniente relajarse y hacer ejercicios de respiración.
Bastan 15 -30 minutos al día, seguidos o en distintos momentos (mañana y noche preferiblemente), para disfrutar del silencio y de todos sus beneficios.
¿Cómo entrar en silencio?
1. Se consciente de que necesitas relajación y tranquilidad: hazlo hasta volverlo un hábito y que el cuerpo lo pida, además buscar un tiempo a diario para hacer silencio. Son minutos para tí mismo.
2. Una respiración tranquila: en la que nos escuchemos a nosotros mismos, es una manera de iniciar el silencio. Hacerlo en soledad será más efectivo y más fácil.
3. En momentos agradables: practícalo mientras realizas tareas moderadas agradables como pintar, escribir, planchar, coser, ten a mano un diario que te motive para plasmar las emociones.
Hazlo con tranquilidad y sin prisa. Incluso, tus hijos pueden entender que ellos también necesitan relajarse, respirar, descubrir su mundo interior y que deben disponer de un espacio donde poder hacerlo.
Silencio y covid-19
Si aún no has disfrutado con el silencio, con la pandemia puedes empezar a hacerlo.
Expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como María Cruz Minguillón (investigadora en aerosoles atmosféricos) que recomiendan el silencio en el transporte público para prevenir los contagios de COVID-19.
Estar en silencio nos ayudará a sobrellevar mejor la situación actual, llena de incertidumbre e hiperconexión a medios de comunicación y notificaciones de nuestras redes sociales.
Por eso, “el recogimiento interior y de introspección en silencio es fantástico desde primera hora de la mañana”, explica la psicóloga clínica Noelia Hernández.
Con información de Eroski