SU SABROSURA no tiene fronteras: así se conmemora el Día Mundial de las PAPAS FRITAS
Independientemente del idioma o la cultura, su presencia en la mesa siempre despierta sonrisas porque gusta a todos
Doradas, crujientes y universales, las papas fritas conquistaron la mesa global. Cada 20 de agosto se les rinde homenaje en el Día Mundial de las Papas Fritas, fecha que resalta su impacto cultural y culinario.
Su origen ha sido objeto de debates entre Bélgica y Francia, aunque su popularidad no conoce fronteras. Hoy forman parte de infinidad de recetas y estilos, desde las versiones tradicionales hasta creaciones gourmet.
La jornada celebra también la diversidad de la papa, ingrediente esencial que en países como Perú se multiplica en cientos de variedades registradas y protegidas.
La fecha resalta su importancia cultural y su impacto en la cocina mundial, desde los Andes hasta Europa.
Cada 20 de agosto, el calendario dedica un espacio especial a las papas fritas, un alimento que ha trascendido culturas, estilos de vida y generaciones. La fecha busca reconocer no solo su papel en la gastronomía mundial, sino también su influencia en las tradiciones culinarias de cada región.
Desde pequeños puestos callejeros hasta restaurantes de alta cocina, las papas fritas forman parte de la memoria colectiva y de los momentos compartidos alrededor de la mesa.
Su textura crocante, combinada con infinitas formas de preparación, las convirtió en un ícono que despierta nostalgia y crea identidad.
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Festividades y demás
En muchos países, la celebración involucra festivales gastronómicos, degustaciones y concursos para elegir la mejor preparación.
Para algunos chefs, esta jornada es una oportunidad de reivindicar las técnicas más artesanales, aquellas que respetan la esencia del producto, el corte preciso y el aceite adecuado.
Para otros, es la excusa perfecta para experimentar con sabores, aderezos y presentaciones innovadoras que renuevan su legado.
Los debates sobre su origen
Entre reclamos belgas y franceses, las papas fritas conquistaron el planeta. Su sencillez y versatilidad las convirtieron en un plato emblemático que cada cultura adaptó a su manera.
Aunque hoy son parte de la cultura global, el origen de las papas fritas sigue generando controversias históricas.
Bélgica reclama haberlas creado en el siglo XVII, cuando, según relatos locales, los habitantes del valle del río Mosa solían freír pequeños pescados, pero al no encontrarlos por la congelación del río, sustituyeron los peces por papas cortadas en forma de bastón.
Francia, sin embargo, asegura que la invención pertenece a los vendedores ambulantes que, a fines del siglo XVIII, ofrecían “pommes frites” en las orillas del Sena.
Independientemente de la disputa, las papas fritas se expandieron con rapidez gracias a su sencillez y a la globalización de la papa, producto originario de los Andes peruanos.
Hoy, cada país les otorga un sello propio: en Estados Unidos suelen servirse en porciones abundantes acompañadas de hamburguesas, en Bélgica destacan por su doble fritura que garantiza un interior suave y un exterior crujiente, mientras que en Perú se entrelazan con platos tradicionales como el lomo saltado y la salchipapa.
Esta universalización transformó a las papas fritas en una especie de lenguaje común: independientemente del idioma o la cultura, su presencia en la mesa siempre despierta sonrisas y reúne generaciones.
Perú el protagonista
El Perú es protagonista del Día Mundial de las Papas Fritas gracias a su riqueza genética. Sus múltiples variedades ofrecen texturas y sabores únicos que enriquecen la gastronomía mundial.
Si hay un país que se ubica en el corazón de esta celebración, ese es Perú, cuna de la papa y guardián de una riqueza genética única.
En su territorio se cultivan más de 3.000 variedades, de las cuales varias han sido registradas y protegidas para preservar la biodiversidad.
Desde las amarillas de pulpa suave hasta las moradas intensas, cada tipo ofrece características distintas para preparar papas fritas con texturas y sabores singulares.
En el Día Mundial de las Papas Fritas, muchas miradas se dirigen a la tradición peruana, que aporta materia prima de altísima calidad a la gastronomía mundial.
La papa no solo es un ingrediente histórico, sino también un símbolo de identidad nacional que conecta pasado y presente.
Las ferias gastronómicas locales aprovechan la ocasión para mostrar la diversidad de variedades y cómo cada una responde a técnicas específicas: frituras rápidas para papas harinosas, cortes gruesos para las más firmes o bastones finos para lograr un crujido delicado.
Además, la fecha es una oportunidad para resaltar el trabajo de comunidades agrícolas que, desde las zonas altoandinas, preservan prácticas ancestrales de cultivo. Su aporte garantiza que la papa conserve no solo su valor alimenticio, sino también su dimensión cultural y económica.
Receta clásica para lograr el sabor perfecto
La receta clásica enseña que el secreto está en el detalle: remojo, temperatura y paciencia.
Así, el 20 de agosto celebra la magia de convertir un alimento sencillo en un ícono global.
El 20 de agosto también es una invitación a trasladar la celebración a la cocina. Preparar papas fritas en casa permite experimentar con texturas, aromas y temperaturas que definen el resultado final.
Una receta clásica sugiere pelar un kilo de papas, cortarlas en bastones y sumergirlas en agua fría durante una hora. Este paso ayuda a eliminar el exceso de almidón y logra una fritura más crujiente.
Tras secarlas cuidadosamente, se recomienda calentar abundante aceite a fuego alto y freírlas hasta que alcancen un dorado uniforme.
Una vez listas, se colocan sobre papel absorbente y se les añade sal o el aderezo preferido.
El secreto está en mantener la temperatura constante y no saturar el aceite con demasiadas piezas a la vez.
En algunos países, la receta varía según costumbres locales: en Bélgica, por ejemplo, la técnica de doble fritura logra un contraste perfecto entre el interior esponjoso y la corteza crocante; en Perú, se aprovechan las papas nativas para añadir colores y sabores únicos al plato.
El Día Mundial de las Papas Fritas no solo celebra un alimento, sino la creatividad infinita que despierta en las cocinas del mundo.
Su éxito reside en la capacidad de adaptarse a los paladares más diversos sin perder su esencia: esa combinación irresistible de simplicidad, tradición y sabor.
Con información de Infobae
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