Al asesinato de una joven en Unicentro de Bogotá se sumó la muerte de una mujer que visitó la cárcel de máxima seguridad de Cómbita en Boyacá
Este domingo, Día de las Madres, Colombia fue enlutada por dos feminicidios, en Bogotá y Boyacá.
Al asesinato de Eriká Aponte Lugo, acontecido en el centro comercial bogotano Unicentro, al norte de la capital colombiana, quien murió a manos de sus expareja Cristian Camilo Rincón (recién fallecido en una clínica pues trató de suicidarse) se sumó otro abominable crimen.
Crimen que pudo evitarse
Aunque Érika Aponte, temiendo lo peor, se había trasladado de la localidad bogotana Usme, donde vivía con su asesino, a Soacha para vivir con su familia, y había pedido protección de las autoridades, el sujeto la buscó en su sitio de trabajo, en el centro comercial Unicentro. Ella accedió a encontrarse con él en una cafetería.
Cuando Érika interpusó la denuncia por maltrato contra su pareja Cristian Camilo Rincón, la Casa de Justicia se le ofreció a Érika irse para una casa refugio y así alejarla del entorno de riesgo, pero ella la rechazó: “Nos dijo que no aceptaba la casa refugio. Rechazó esa opción porque nos comentó que ya se había mudado de la residencia que compartía con sus suegros y con Cristian, el padre de su hijo”; afirmó Claudia López, la Alcaldesa de Bogotá, en una rueda de prensa.
Cristian, portando un revólver calibre 38, se vio en Érika en el centro comercial, discutieron, la mató, luego se disparó a sí mismo, pero la Policía lo trasladó a una clínica donde falleció a las las 8 de la noche de ayer, unas tres horas después de cometer el crimen.
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Otro Feminicidio ¡Terrible!
En la cárcel de Cómbita, ubicada en el departamento de Boyacá, una mujer que había llegado a la penitenciaría de máxima seguridad para una visita conyugal fue asesinada con arma cortopunzante por el preso con el que fue a compartir.
A diferencia del asesino de Unicentro, el homicida en la cárcel Cómbita voluntariamente confesó su crimen a los guardianes de esa penitenciaría.
El confeso asesino, que está pagando una pena de 30 años de prisión por el asesinato de otra mujer, salió de la celda, en el patio de visitas conyugales, y se acercó a los funcionarios del Inpec para revelarles lo que había hecho; textualmente afirmó Caracol al dar esta noticia a través de su plataforma.
Autoridades investigan los móviles -motivos- que conllevaron a ambos crimenes.
