Los habitantes de la isla Guardulio mantienen sus vidas en vilo por un lío de soberanía, que necesita ser definida de una vez por todas
La isla de la discordia, Guardulio, es un territorio desamparado que fue víctima de los ejércitos de la guerrilla, y de movimientos de la tierra; lo que derivó que hoy por hoy no sepan a quién pertenece, si a Venezuela o a Colombia.
En un trabajo realizado por Noticias Caracol, lograron hablar con algunos de los habitantes de este territorio amenazado por organizaciones de la guerrilla colombiana y sumida en el abandono por parte de las autoridades.
La isla Guardulio, es un territorio de aproximadamente 2 hectáreas de tierra fértil, con 64 habitantes, una población que se ha venido a menos, por culpa del terror que infunden las guerrillas, y las “visitas sorpresas” que realizan los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana.
El clamor generalizado de los habitantes es que las autoridades de Venezuela y Colombia tomen parte y definan a dónde pertenece este territorio, el cual, afirman, está abandonado por completo.
Lea también: ¿NEGOCIANDO PAZ? Gobierno de Gustavo Petro se reúne con delegados de las disidencias de las FARC
Aunque los habitantes aseguraron en la entrevista que son 100% colombianos, Colombia insiste que es un territorio de Venezuela, pero los oriundos de este sector, denuncian que la administración de Nicolás Maduro no se hace responsable.
“Venezuela dice que la isla es de Venezuela, pero no nos colaboran con nada. Por su parte, Colombia tampoco porque dice que pertenece a Venezuela”, dijo una ciudadana.
Pero, ¿por qué se creó la disputa del terreno? Originalmente, la isla pertenecía a Venezuela, pero el río ejerce una confusión y un limbo en el área limítrofe.
Un movimiento de aguas internas fue horadando la tierra y por ello la isla quedó de territorio colombiano, explicó Noticias Caracol.
La mayoría de los habitantes de esta isla sienten que son colombianos, por ello, piden a las autoridades que se aclare la situación y les digan a dónde pertenecen.
En 2015 el plan de reordenamiento determinó que la vereda pertenece a Coloncito, Colombia. Sin embargo, los habitantes aseguran que están en total orfandad por parte de las leyes de ese país.
