Mucha demanda o limitación de pasajes, los venezolanos se encuentran con un nuevo obstáculo para llegar a Estados Unidos cruzando el Darién
Es inminente el aumento desmedido de venezolanos que deciden emigrar cruzando la peligrosa selva del Darién, a tal punto que colapsan el terminal del Norte, ubicado en el barrio Caribe de Medellín, Colombia, a la espera de conseguir un boleto en autobús que los lleve directo a Necoclí.
En ese sector, es la entrada a la tenebrosa selva que limita a Colombia y Panamá, el destino últimamente predilecto para los venezolanos que van en busca del sueño americano.
Un zuliano que está de vacaciones en el departamento de Antioquia, le confirmó al medio de comunicación Versión Final que en el gran centro de transporte «Mariano Ospina Pérez» escaseó esta semana el pasaje con destino al poblado fronterizo.
Es allí donde compran el pasaje hacia Necoclí, para poder llegar a la selva. Revelan que ahorita están muy escasos. “Hay muchos venezolanos estancados en la terminal, no sé si es porque hay mucha demanda o los están limitando”, relató Ender Bracho, activista indígena venezolano y que trabaja en Colombia.
Señaló que solo «algunos venezolanos logran comprar su boleto, otros se aventuran en irse pidiendo cola en gandolas o camiones. En un autobús el viaje hasta Necoclí dura ocho horas, pero en cola es hasta de una semana».
En ese sentido, Bracho recalcó que actualmente hay una caravana de migrantes venezolanos estancada, de aproximadamente 100 personas, entre niños y adultos, porque no cuentan con recursos para seguir a la selva.
“Todas estas personas están desplegadas en las calles, plazas, mercados y frente de iglesias. Frente a la iglesia Santa Bárbara hay hasta un campamento improvisado”, precisó.
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En busca del sueño americano
Por otra parte, Carlos Zavala y Ariannis Perozo, oriundos del estado Falcón, junto con sus hijos menores, emprendieron el viaje a pie para atravesar la selva del Darién y conquistar el anhelado sueño americano.
«Nosotros venimos caminando, pero agarrados de la mano de Dios. Los pies nos duelen, pero no perdemos la esperanza», dijeron a Versión Final.
«Llevamos el sueño de pasar la selva, con la meta de ayudar a mis seis hermanos y mis papás, todos ellos trabajan con el Gobierno y no les alcanza el sueldo para nada. No sabemos si vamos a pasar o no, pero tenemos mucha fe», acotó Zavala.
