miércoles, mayo 1, 2024

A 10 AÑOS DE LA MISIÓN VIVIENDA: corrupción y control social caracterizan el programa bandera de Chávez

Han pasado 10 años desde que comenzó la Misión Vivienda y se han gastado 15.000 millones de dólares, pero no se sabe realmente dónde está ese dinero

La Misión Vivienda, uno de los programas bandera de la gestión de Hugo Chávez, celebra 10 años de creado. El programa que supuestamente dotaría de una casa a millones de familias venezolanas, está rodeado de opacidad, corrupción y se usa para el control social.

Así lo determinó una investigación realizada entre la ONG Transparencia Venezuela, el portal Efecto Cocuyo y el Instituto de Prensa y Sociedad (Ipys).

“Desde hace más de cinco años los 48 entes ejecutores de la misión no rinden cuentas”, es una de las primeras conclusiones del trabajo.

Señala que tampoco hay “contraloría sobre los más de 15 mil millones de dólares ejecutados bajo la gestión de un pequeño puñado de funcionarios”.

Fallas en las estructuras

Cuando pensó que ya tenía un hogar, la tierra empezó a moverse. Aparecieron grietas en su apartamento y tuvo que irse.

Idalia, cuyo nombre real nos reservamos para preservar su seguridad, vivió hasta 2014 en la terraza 12 del urbanismo El Morro. Esta es una de las obras de la Gran Misión, ubicada en el sector Paulo VI de Petare, estado Miranda. 

Situada frente a un voladero que daba hacia la carretera, la estructura es una de las primeras del conjunto residencial que debió desocuparse. ¿La razón? Los terrenos estaban cediendo.

Con el tiempo se supo que los edificios del urbanismo no eran seguros, porque se construyeron sobre una falla geológica.

Idalia logró acceder pronto a otro apartamento de la GMVV en el centro de Caracas. Esto porque, según contó, un residente del lugar infringió las normas del programa gubernamental y lo sacaron del inmueble.

Ella corrió con suerte. En 2019 aún había personas viviendo en la inestabilidad de El Morro y esperando por la asignación de una nueva vivienda. La información se obtuvo por reportes de organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación.

El Morro se convirtió con el paso de los años en un símbolo de las irregularidades administrativas del programa. También de la ausencia de planificación de la Misión Vivienda.

Lea también: Misión Vivienda: la chatarra de Maduro

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Voceros de la administración de Nicolás Maduro aparecen cada tanto frente a las cámaras para celebrar nuevos “hitos” de construcción de viviendas. Pero no hay manera de hacer contraloría a la misión.

Las instituciones que están detrás no han elaborado ni publicado mecanismos que permitan evaluar qué está pasando más allá de lo evidente.

Promesas y más promesas

En el 2011, el entonces presidente Hugo Chávez, prometió construir dos millones de hogares en los siguientes siete años. En marzo de 2018 Nicolás Maduro aseguró haber cumplido esas promesas y se fijó para el año 2025 llegar a la vivienda número cinco millones.

Más recientemente, el 18 de marzo de 2021, Maduro realizó un acto para celebrar la construcción de 3 millones 500 mil viviendas.

Posteriormente, el actual ministro de Hábitat y Vivienda, Ildemaro Villarroel, aseguró que continuarían entregando casas y apartamentos. Más allá de los anuncios, la ausencia de documentos oficiales que respalden las cifras levanta sospechas.

Las memorias y cuentas de todos los ministerios que han tenido participación en la misión desde sus inicios solo están disponibles hasta el año 2015.

Los documentos no ofrecen información completa y detallada, pero sí precisan que durante los primeros cinco años del programa se construyó un millón 16 viviendas, siendo 2015 el año de mayor producción con 326 mil 323.

En el informe Venezuela en cifras, presentado en enero de 2021, por el Ministerio de Planificación, se pueden escarbar otros datos de la misión.

En el documento se asegura que entre 2016 y 2020 se construyeron dos millones 453 mil 409 viviendas, lo que representa un promedio de más de 490 mil por año, un número mucho más alto que el registrado previamente y que no parece corresponderse con la profunda contracción económica que vive Venezuela desde 2013.

Las cifras también se contradicen con la caída del sector construcción que entre 2013 y 2018 fue superior a 9%.

La política de opacidad impulsada por la gestión central no solo impide validar el número de viviendas construidas o los montos comprometidos y ejecutados en los proyectos, sino que hace imposible acceder a datos claves como son los procesos de selección de contratistas, las metas anuales previstas, los porcentajes de cumplimiento, la calidad de los materiales comprometidos, entre otros, lo que también levanta sospechas sobre otras posibles irregularidades.

Cálculos propios basados en la información recopilada de las memorias y cuentas de todos los entes involucrados y en los datos emitidos en las reuniones del Órgano Superior de Vivienda apuntan a que, en la primera década de la misión vivienda, la ejecución financiera superó los 15 mil 500 millones de dólares y buena parte de ellos (seis mil 934 millones) provenían de Pdvsa. El destino de esta cifra que puede resultar astronómica para un país sumido en una emergencia humanitaria compleja, no está claro.

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