Las nuevas tecnologías los teléfonos inteligentes y las plataformas como Instagram y Tiktok son herramientas de comunicación que deben ser estudiadas y comprendidas para cuidar sobre todo la salud mental de los jóvenes
La abuela María (nombre ficticio) se sienta en la mesa, feliz porque ha logrado reunir como nunca en mucho tiempo a parte de sus hijos nietos, para compartir un almuerzo en domingo.
Cuando por fin termina de servir y comienza a comer, nota un silencio extraño. Nadie habla, todos los comensales están absortos en sus teléfonos celulares, desde los gemelos de 10 años, hasta su hijo mayor, de casi 45.
A ella no le gusta mucho la nueva tecnología y no logra entender la fascinación de los jóvenes por “ese aparato que no sueltan ni siquiera para ir al baño, porque resulta que ahora te venden un dispositivo para que lo puedas meter a la ducha y no tengas que desconectarte”.
“Recuerdo como una época muy lejana aquellos almuerzos en familia, donde no se podía con la bulla, cuando todos hablábamos al mismo tiempo y había que pegar un grito y mandarlos a callar … extraño eso”, dijo la abuela.
El ejemplo de esta familia no es el único. Solo basta con ir a un restaurante, a un centro comercial o lugar concurrido, para que gran parte de las personas, pero en especial los jóvenes tengan, literalmente, la cabeza metida en el celular, revisando sus redes, tomándose fotos con poses de felicidad superficial, haciendo muecas, bailes de moda o de “tendencia”, como se dice ahora.
Mientras en el día a día, no es raro escuchar las frases: “si no estás en redes sociales, no eres nadie”, “si tu empresa no está en RR.SS. no está en nada”, “si no vendes a través de las redes, no hay negocio”.
Pareciera que ahora, la vida se mide por los seguidores que se tienen, los “likes” que recibe el contenido publicado, incluso, la comunicación con la familia o los amigos también se da en buena parte, mediante estas plataformas.
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Sano o peligroso ¿Cuál es el límite?
Pero ¿Hasta qué punto esto es sano? ¿Las redes sociales han llegado para quedarse y acabar con las relaciones interpersonales? ¿Se corre el riesgo de dejar de vivir una vida real para cambiarla por la vida “ideal” que te muestran las RR.SS y las diferentes plataformas como TikTok o Instagram?
En este trabajo no se pretende satanizar el uso de las redes sociales ni de la nueva tecnología, menos del Internet, puesto que se trata de una realidad y del producto del avance del hombre en el sentido de mejorar y alcanzar mejores niveles de vida.
Solo se trata de explicar el alcance de las plataformas, de orientar acerca de su uso.
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Un desafío
Janet Guerra, psicólogo familiar e infantil, consultada por Impacto Venezuela, cree que “el tema de las redes sociales y más que todo en los jóvenes, es de actualidad y ha tenido un impacto significativo en la vida de todos, porque ha cambiado la forma de comunicación y socialización, para hacerlas más rápidas y accesibles, por lo que trae una serie de desafíos”, explicó.
Dice que estos desafíos implican aspectos de la personalidad como “la autoestima, las relaciones interpersonales. Puede facilitar la conexión entre aquellos que tienen intereses comunes permitiendo la formación de grupos de amigos virtuales, lo cual puede ser beneficioso en términos de apoyo emocional y socialización, pero también puede llevar a situaciones de exclusión, bullying virtual, y conflictos internos”, alerta.
Los adultos tampoco escapan a la influencia de las redes y la nueva tecnología. De hecho, la gran mayoría de adultos, profesionales o no, cuenta al menos con un teléfono inteligente, una tableta o una computadora, por la que se conecta, más en Venezuela, cuando la migración ha influido en el uso de la tecnología y las plataformas, para mantener a la familia conectada.
“En relación con los adultos, las redes asociales pueden impactar las relaciones intergeneracionales, al promover formas de comunicación y entendimiento entre padres e hijos y adultos y jóvenes en general, maestros y profesores. Puede ser una herramienta muy potente, porque además facilita la conexión en el tiempo y gracias a ellas se pueden superar dificultades como las del traslado a un lugar en específico. Con una video llamada se puede estar conectado, tener una reunión familiar, de amigos o de trabajo”, argumentó.
Sin embargo, Guerra alerta que “también puede generar conflictos, debido a las diferencias en la forma del uso, en la generación de contenidos y en la concepción de la privacidad”.
“Es decir que las redes sociales tienen un impacto profundo en las relaciones y por ello es importante que los adultos, los padres, educadores y profesionales estemos atentos a los efectos positivos y negativos de las mismas, en el desarrollo y bienestar de los jóvenes, brindando orientación y un apoyo adecuado para fomentar un uso saludable y equilibrado de las plataformas”, aseveró la entrevistada.
TikTok e Instagram … hay que estudiarlos y comprenderlos
En los últimos años, las plataformas de más uso como Instagram y Tiktok, han tenido un boom, sobre todo entre los jóvenes, quienes pueden llegar a sentir que no son nadie si no tienen una cuenta en las mismas.
Es común ahora ver a los jóvenes y también a adultos siguiendo a personas que viven a miles de kilómetros de distancia, y que no son necesariamente artistas o comunicadores, sino gente común que muestra su vida públicamente.
Pero, no todo es tan inocente, hay peligros ocultos.
Al respecto, la psicóloga explica: “las plataformas como TikTok e Instagram están teniendo un gran impacto que hay que cuidar, estudiarlas y comprenderlas para colocarlas a favor de los niños y jóvenes”.
Explica que “estas plataformas ofrecen comunicación rápida y accesible que les permite comunicarse con familiares y amigos, pero también con personas en todo el mundo. Abre una serie de posibilidades”.
Pero, alerta que “también hay que tomar en cuenta que el uso excesivo de estas plataformas puede tener consecuencias negativas en el desarrollo de los jóvenes sobre todo, al centrarse demasiado en las interacciones virtuales para descuidar sus relaciones interpersonales, en el día a día, en el mundo real, lo que puede afectar su habilidad para relacionarse de manera efectiva fuera de la pantalla. Incluso, puede llegar a comprometer su salud mental”.
Señala la experta que “las redes sociales también pueden aumentar la presión social y la ansiedad entre los jóvenes, ya que constantemente están expuestos a imágenes idealizadas de la vida de otras personas y esa idealización los puede llevar a una baja autoestima y problemas de imagen corporal, por lo esperado socialmente”.
Dijo que es importante que los padres “promuevan la interacción directa, cara a cara, fuera de la pantalla, para el desarrollo sano y equilibrado de la personalidad y de la vida de sus hijos”.
Señales de peligro
Acerca de las señales de que algo anda mal con el uso de las redes sociales de parte de los menores, Janet Guerra asegura que “hay varias”.
Entre ellas menciona “los cambios en el estado de ánimo, que se muestren irritables, tristes, ansiosos. Pueden mostrar una disminución en el rendimiento académico, procrastinación, encierro, aislamiento social, falta de iteración con familiares y amigos”.
Muchas veces, los jóvenes tienen “preferencia por pasar horas en línea, en lugar de participar en reuniones sociales. Otra señal es la obsesión por obtener likes, comentarios o seguidores, lo cual puede llevarle a depender de una valoración externa que hace que se pierdan en ellos mismos”.
Asimismo, puede “haber cambios cambios en los hábitos de alimentación y actividad física, que los lleve a descuidar su bienestar físico que puede llevar a severas alteraciones en su salud física y mental”.
La especialista recomienda a los padres “mantener comunicación abierta con los jóvenes en casa, estar atentos a los cambios y poder identificar lo que pasa y poder abordarlo. hay que hablar con el joven o niño del uso saludable de las redes sociales, hablar claramente de los peligros que hay detrás, estableciendo limites, fomentando actividades fuera de línea y, sobre todo dar el ejemplo”.
Finalmente, la experta recomienda que si el problema va más allá, y no se soluciona con el dialogo y los limites, “hay que buscar ayuda profesional, para tener acompañamiento, trazar estrategias y tener herramientas para salvaguardar la salud física y emocional”.