Una red de al menos 15 personas, comandada por dominicanos, captaba a mujeres en estado de vulnerabilidad y precariedad económica para explotarlas sexualmente
Detuvieron a dos venezolanos (un hombre y una mujer), en República Dominicana, señalados de participar en “una red transnacional de crimen organizado que se dedica, mediante engaño, a captar, transportar, trasladar y acoger, bajo amenaza y coacción, a víctimas de diferentes nacionalidades, con fines de explotación sexual”.
Las procuradoras especializadas contra el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas Yohanna Bejarán Álvarez y Aleika Almonte Santana solicitaron la privación de libertad de los venezolanos Alejandro Arturo Batista Bustamante, alias “Gato”, y Cristina Virginia González Hernández, publicó Crímenes sin castigo.
Alias, Gato y González eran supuestamente parte de esta organización que, aparentemente, captó al menos 80 víctimas de nacionalidad colombiana.
En la acusación entregada el 5 de agosto indica que entre las mujeres prostituidas también hay venezolanas, que se encontraban “en estado de necesidad y pobreza”.
Los capturados facilitaban el proceso de captación por la estructura de unas quince personas, liderada por los dominicanos José Miguel Michel y Daniel Inirio Abreu.
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Un proceso desde 2021
La investigación policial, bautizada Cattleya, comenzó en 2021 y se extendió por más de ocho meses. Los funcionarios se hicieron pasar por clientes, y así pudieron precisar cómo las mujeres eran explotadas.
A las víctimas les ofrecían trabajo en sectores turísticos de República Dominicana. No obstante, cuando llegaban al lugar les indicaban que debían pagar deudas que iban desde los tres mil a los cuatro mil dólares. El monto se iba incrementando en la medida en que ellas necesitaban ropa, alojamiento, alimentación y, en ocasiones, drogas.