La recreación del hábitat de este dinosaurio venezolano se puede apreciar en el Museo de Ciencias de Caracas
Hace 201 millones de años, en el período Jurásico, un dinosaurio se paseaba por el territorio que hoy ocupa Venezuela. Gracias a la ciencia, el fósil de un ejemplar fue descubierto en el estado Táchira, desde entonces, los venezolanos tenemos nuestro propio dinosaurio: el Tachiraptor.
Así lo dio a conocer el Museo de Ciencias de Caracas, institución que recientemente abrió sus puertas al público, tras una reestructuración de parte del ministerio para Ciencia y Tecnología, el Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico, reseña una nota de prensa.
“Lo encontraron en el Cerro Machiri en La Quinta, estado Táchira. De sus partes fueron hallados los huesos de la tibia y el isquion proximal, con las investigaciones se descubrió que su longitud era de 1,5 a 2 metros y de contextura grácil”, cuenta Marcos Saumeli, guía del Museo de Ciencias.
El Tachiraptor, también tiene una historia y origen admirable.
“El nombre de Tachiraptor proviene del Tachi, por su origen en el estado Táchira donde se encontró, raptor que viene de la palabra en latín: ladrón, y admirabilis porque rinde honor a la Campaña Admirable del libertador Simón Bolívar que se llevó a cabo en La Grita, ubicada a unos 4 kilómetros del yacimiento donde se hallaron sus fósiles”, relató el guía.
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Cuando se observa de cerca al Tachiraptor, se pueden apreciar sus más de 50 dientes super afilados, su colorido rostro amarillento y naranja que hacen un perfecto contraste con sus impresionantes ojos; y un pelaje pintado con parches negros, destellos de naranja y blanco que cubren todo su cuerpo apoyado en sus dos patas para correr, y unas garras para capturar y mantener las presas sobre su boca.
Su alimentación era completamente carnívora, pues pertenecía al grupo de dinosaurios terópodos carnívoros, según la pirámide alimentaria de los animales prehistóricos.
Para comer, el Tachiraptor corría detrás de sus presas para capturarlas, matarlas y desmembrarlas acabando con sus víctimas.