¡CUIDADO con la ENFERMEDAD de LYME! Sin tratamiento puede ser peligrosa
Puede ocasionar anomalías neurológicas, cardíacas o articulares.
La enfermedad de Lyme es una infección transmitida por garrapatas y causada por la espiroqueta Borrelia spp.
Sus primeros síntomas son un eritema migratorio que puede estar seguido, semanas o meses después, por anomalías neurológicas, cardíacas o articulares.
El diagnóstico suele ser clínico en las primeras etapas de la enfermedad, pero las pruebas serológicas pueden ser útiles cuando aparecen las complicaciones cardíacas, neurológicas y reumáticas en las etapas avanzadas.
El tratamiento incluye antibióticos como la doxiciclina o la ceftriaxona.
En los Estados Unidos, la enfermedad de Lyme es causada principalmente por Borrelia burgdorferi y en menor medida por B. mayonii, que recientemente se ha encontrado en estados del medio oeste y el norte de los Estados Unidos.
En Europa y Asia, la enfermedad de Lyme es causada principalmente por B. afzelii, B. garinii, y B. burgdorferi.
Suele aparecer en el verano y a principios del otoño. La mayoría de los casos corresponden a niños y adultos jóvenes que viven cerca de zonas boscosas o que caminan entre hierba alta o zonas boscosas.
Lea también: TIKTOK alertará a los padres sobre nuevas publicaciones de sus hijos
Cómo se trasmite
La enfermedad de Lyme se transmite principalmente por 4 especies de Ixodes spp en todo el mundo:
I. scapularis (la garrapata del ciervo) en el nordeste y el norte de los Estados Unidos
I. pacificus en el oeste de los Estados Unidos
I. ricinus en Europa
I. persulcatus en Asia
En los Estados Unidos, el ratón de patas blancas es el principal reservorio animal de la B. burgdorferi, y el huésped preferido para las formas de ninfa y larva de la garrapata del ciervo.
Los ciervos son los huéspedes de las garrapatas adultas, pero no son portadores de la Borrelia. Otros mamíferos (p. ej., los perros) pueden ser huéspedes accidentales y desarrollar la enfermedad de Lyme.
En Europa, los mamíferos más grandes, como las ovejas, son los huéspedes de la garrapata adulta.
Fisiopatología de la enfermedad de Lyme
La B. burgdorferi penetra en la piel en el sitio de la picadura de la garrapata. Entre 3 y 32 días después, el microorganismo migra localmente en la piel cerca de este sitio, se disemina por vía linfática produciendo adenopatías regionales o se disemina en la sangre a otros órganos o a otros sitios de la piel.
Inicialmente se produce una reacción inflamatoria (eritema migratorio) antes de que haya una respuesta en anticuerpos significativa frente a la infección (conversión serológica).
La enfermedad de Lyme tiene 3 etapas: Localizada temprana, Diseminada temprana y Tardía
Las etapas tempranas y tardía suelen estar separadas por intervalos sin síntomas.
El eritema migratorio es el hallazgo físico característico en las fases iniciales de la enfermedad de Lyme.
Comienza con una mácula roja en el sitio de la picadura de una garrapata del genero Ixodes.
Clásicamente, la mácula se expande con un aclaramiento central, como en esta imagen, pero en muchos pacientes esto no se produce.
Algunos pacientes presentan un eritema central rodeado por un anillo pálido, y unos pocos presentan centros vesiculados o ulcerados.
Estadio localizado temprano
El eritema migratorio, la característica y el mejor indicador clínico de la enfermedad de Lyme, es el primer signo de la enfermedad.
Aparece en el 75% de los pacientes, comienza como una mácula o pápula roja u oscura en el sitio de la picadura, generalmente en la porción proximal de una extremidad o en el tronco (en especial en el muslo, las nalgas o las axilas), 3 a 32 días después de producirse la picadura de la garrapata
Debido a que las ninfas de las garrapatas son tan pequeñas, la mayoría de los pacientes no se dan cuenta de que han sido picados.
La zona se expande, usualmente con una región más clara entre el centro y la periferia que le da aspecto de blanco de tiro, hasta un diámetro de ≤ 50 cm.
Puede aparecer un eritema más oscuro en el centro, que puede estar caliente al tacto e indurado. Sin terapia, el eritema migratorio suele desaparecer en 3 a 4 semanas.
Muchos pacientes con eritema migratorio tienen una sola lesión. Algunos pacientes desarrollan múltiples lesiones de eritema migratorio, lo que indica una diseminación hematógena temprana.
No se producen lesiones en las mucosas. Las aparentes recurrencias de las lesiones de eritema migratorio después del tratamiento son causadas por la reinfección más que por una recaída, porque el genotipo identificado en la nueva lesión difiere del correspondiente al microorganismo infectante original.
Estadio diseminado temprano
Los síntomas de la enfermedad diseminada temprana comienzan días o semanas después de la aparición de la lesión primaria, cuando la bacteria se disemina al resto del cuerpo.
Poco después de la aparición de la enfermedad, aproximadamente la mitad de los pacientes no tratados desarrolla lesiones cutáneas anulares secundarias múltiples, en general de menor tamaño, sin centros indurados.
Los cultivos de las muestras de biopsia obtenidas en estas lesiones secundarias han mostrado resultados positivos, lo que indica que se trata de una diseminación de la infección.
Los pacientes desarrollan un síndrome seudogripal musculoesquelético, que consiste en malestar, cansancio, escalofríos, fiebre, cefalea, rigidez del cuello, mialgias y artralgias, y que puede durar semanas.
Como los síntomas suelen ser inespecíficos, el diagnóstico puede ser incorrecto en ausencia de eritema migratorio; se requiere un alto índice de sospecha para establecerlo correctamente.
Es rara la artritis franca en esta etapa. Son poco comunes los dolores de espalda, náuseas y vómitos, dolor de garganta, linfadenopatías y esplenomegalia.
Los síntomas tienen la característica de ser intermitentes y cambiantes, pero el malestar y el cansancio pueden prolongarse durante semanas. Las lesiones cutáneas resueltas pueden reaparecer débilmente, a veces antes de los ataques recurrentes de artritis, en las etapas avanzadas de la enfermedad.
Las anomalías neurológicas se desarrollan en un 15% de los pacientes en las semanas o meses posteriores al eritema migratorio (antes de la aparición de artritis), suelen durar meses y en general resuelven completamente.
Las más comunes son la meningitis linfocítica (pleocitosis del líquido cefalorraquídeo de unas 100 células/mcL) o la meningoencefalitis, la neuritis craneal (en especial parálisis de Bell, que puede ser unilateral) y las radiculopatías sensoriales o motoras, solas o combinadas.
Las anomalías miocárdicas se producen en aproximadamente el 8% de los pacientes semanas después del eritema migratorio. Incluyen grados variables de bloqueo auriculoventricular (de primer grado, de Weckenbach, o de tercer grado) y, rara vez, miopericarditis con dolor torácico, reducción de las fracciones de eyección y cardiomegalia.
Enfermedad en estadio tardío
En la enfermedad de Lyme no tratada, la etapa tardía comienza meses o años después de la infección inicial. La artritis se desarrolla en el 60% de los casos en los siguientes meses, y en ocasiones hasta 2 años después del inicio de la enfermedad (definido como la aparición del eritema migratorio).
La hinchazón y el dolor intermitentes en algunas articulaciones grandes, especialmente de las rodillas, suelen recurrir durante varios años. Las rodillas afectadas comúnmente están mucho más hinchadas que dolorosas; a menudo están calientes, pero rara vez eritematosas. Pueden formarse quistes de Baker, que luego se rompen. El malestar, el cansancio y la fiebre leve pueden preceder o acompañar los ataques de artritis. En un 10% de los pacientes, el compromiso de las rodillas es crónico (no remite durante ≥ 6 meses).
Otros hallazgos tardíos (que aparecen hasta años después del cuadro inicial) incluyen lesiones cutáneas sensibles a antibióticos (acrodermatitis crónica atrófica) y anomalías crónicas del sistema nervioso central, como polineuropatía o una leve encefalopatía con trastornos del humor, de la memoria y del sueño
Algunos pacientes tienen síntomas como fatiga, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares y problemas cognitivos después de un tratamiento antibiótico exitoso. Estos síntomas se denominan colectivamente síndrome de enfermedad de Lyme posterior al tratamiento.
Aunque a algunos pacientes con tales síntomas subjetivos se les asigna el diagnóstico de enfermedad de Lyme crónica, no existe evidencia clara de que estos pacientes tengan microorganismos Borrelia viables en su organismo. La causa de estos síntomas persistentes no está clara y el tratamiento con más antibióticos no ayuda.
Con información de OMS y MayoClinic
Para comentar, debes estar registradoPor favor, inicia sesión