Solo 5% de los venezolanos tiene posibilidades de adquirir una póliza de seguros, aunque actualmente, las empresas se han reinventado para ofrecer un servicio medianamente accesible, pero solo para quien gana en dólares
A Cristina se le murió su esposo a principios de este año. Por circunstancias de la vida y como consecuencia de la crisis, el hombre, de 80 años, no tenía seguro privado.
Pasó más de un mes en un hospital público, a merced de la escasez, problemas de personal, falta de insumos y la errática política sanitaria de Venezuela, donde gran parte de los centros asistenciales se convierten en depósitos humanos y la gente va a morir.
Cuenta Cristina que, gracias a las colaboraciones de amigos, familiares, ahorros propios y a la generosidad de la gente que colaboró tras una campaña en redes sociales, pudo correr con los gastos durante esas largas semanas de reclusión de su esposo.
Esto porque, a pesar de ser un hospital público, todo lo tienen que comprar los familiares de los pacientes, desde los guantes hasta los kits para operaciones.
“Calculo que gastamos más de 4 mil dólares en ese mes, estando en un hospital público, donde Gracias a Dios pudimos correr con esos gastos. Mi familia me decía que al menos lo estaban atendiendo y tenía médicos y algunos exámenes, porque en una clínica privada esa cantidad de dinero se habría ido en una noche en terapia intensiva”, relata la mujer.
Una necesidad
Ella es profesional, graduada universitaria y hasta hace unos años trabajó en una empresa donde contaba con un seguro privado.
“Con la crisis del 2017 pasamos de empleados a trabajadores por cuenta propia o HP y desde ese entonces me quedé sin seguro. Soy una mujer relativamente sana, pero hace poco me enfermé de algo que no esperaba. Pude pagar los exámenes y la consulta en una clínica, con un especialista. De un solo golpe gasté 700 dólares”, agrega.
“Eso me hizo pensar en mi futuro, en mi salud y caí en cuenta que, si no cuento con un seguro privado, tendría que ir a parar a un hospital público. Y me aterré”, dijo.
Es así como Cristina, haciendo el esfuerzo de su vida, decidió adquirir una póliza de seguro que se ajustara a su presupuesto y se encontró con que “es prácticamente imposible adquirir un seguro privado, menos con los sueldos de miseria que se ganan actualmente”.
“Gracias a Dios, trabajo y gano módicamente en dólares. Tengo mi pensión del Ivss y la de sobreviviente. ¿Pero, para qué alcanzan 260 bolívares al mes? Tras varias semanas de un estudio de mercado, me decidí por una póliza que hasta el momento podré pagar. Eso se convirtió más que en lujo, en una necesidad. Solo pienso en esa pobre gente, no puede pagar, aunque haga lo imposible”, lamentó.
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Un ínfimo porcentaje
El caso de Cristina ilustra lo que le ocurre a un lamentable e ínfimo porcentaje de venezolanos que todavía pueden pagar un seguro privado en Venezuela.
Lamentable porque con la crisis de los últimos 6 años, millones de venezolanos que trabajan en la empresa privada contaban con pólizas colectivas de seguro que cubrían, aunque sea un mínimo, en HCM.
“En 20 años en la empresa donde trabajo siempre contamos con el seguro, solo lo usé como tres veces, pero estaba segura y me sentía confiada. Incluso cuando salimos de nómina para convertirnos la figura del HP no había sido consciente de la falta que hace, hasta que me enfermé y me llevé el susto de mi vida”, cuenta la entrevistada.
De hecho, datos de la Cámara de Aseguradores precisan que, hasta junio de este año, “95% de los venezolanos no cuenta con un seguro médico”.
Agrega el gremio que la cobertura de una póliza va desde los 5.000 dólares hasta los 50.000, mientras que la prima anual, dependiendo de la edad, oscila entre los 215 dólares y los 979.
La presidenta ejecutiva de la Cámara, María del Carmen Bouffard, declaró a Fedecámaras Radio que lamentablemente “el venezolano ha perdido su capacidad adquisitiva por la contracción económica de los últimos años”
“Eso ha hecho que muchas personas (…) que tenían su póliza de salud dejaran de contratarla y eso, evidentemente, ha afectado al sector asegurador en los últimos años, (que) perdió una gran cantidad de clientes”, aseguró.
Esta “pérdida del poder adquisitivo ha obligado a los ciudadanos a cubrir primero sus necesidades” primarias como alimentos, medicinas y de educación, en el caso de las familias don hijos.
“Tener un seguro de salud privado es una necesidad, sobre todo por la situación de los hospitales y el alto costo de los servicios en las clínicas, que no todo el mundo tiene la capacidad de costear”, afirmó.
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Se reinventan
Actualmente, hay compañías de seguros que ofrecen coberturas desde 100.000 y hasta un millón de dólares. Estos últimos por lo general son seguros extranjeros, cuyas primas anuales pasan de largo de los mil dólares mensuales, también dependiendo de varios aspectos, principalmente relacionados con la edad.
“Pude encontrar una empresa que me ofreció una buena cobertura que se ajusta a mi presupuesto y el pago es trimestral”, cuenta Cristina, quien aclara que es “forzado”, para ella, “pero debo hacer el esfuerzo, si quiero estar prevenida”.
No obstante, el mercado venezolano está inundado de “ofertas” de decenas de empresas que ofrecen “paquetes”, donde se consiguen primas por debajo incluso de los 50 dólares mensuales, pero son limitadas a asistencia médica básica, telemedicina y la hospitalización solo si es una emergencia o un accidente.
Planes de financiamiento
El director de la revista Hablemos Seguros, Pedro Villarreal, acotó en un foro que los “centros de salud privados en el país se reinventan y ofrecen planes de atención y pago a pacientes que deben realizarse intervenciones”.
“Se están creando planes especiales de financiamiento para que los venezolanos puedan costear distintos procedimientos médicos, ante la imposibilidad de pagar un seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad”, dijo.
Citó como ejemplo un centro médico al sureste de Caracas que “ha creado varios planes para que los ciudadanos puedan recibir atención y pagar tarifas accesibles por cirugías programadas”.
Con estos planes han reducido las tarifas en al menos 30% y pueden ser pagadas en cuotas previas a la operación.
Pero, no hay planes para emergencias, accidentes ni enfermedades graves que no entran en la planificación.
La debacle en la administración pública
Pero, contar con un seguro aportado por la empresa tampoco es garantía de buenos servicios.
Muchas son las quejas de usuarios que protestan por la demora en los reembolsos, cartas avales y los plazos de espera.
Sin embargo, en el caso de los venezolanos asegurados, pero que trabajan en la administración pública, tener un seguro es casi una pesadilla.
Es el caso de Marcos, trabajador de un ministerio desde hace casi 30 años.
“Antes, los seguros en el ministerio respondían rápido, lo pagaban todo. Yo tuve a mi mamá hospitalizada por semanas y no pagué nada. Luego, falleció y también el seguro lo cubrió todo. Pero eso era antes, ahora, mi esposa se enfermó y casi ninguna clínica me la quiso recibir, porque ‘ese seguro no paga a tiempo’”, lamenta.
Cuenta que tiene parientes en la industria petrolera, y “eso es casi una peste. Hay clínicas que tienen prohibido, específicamente, recibir trabajadores del sector, cuando previamente, con solo decir donde trabajabas se te abrían las puertas”.
Recolectas y caridad
Cuando Cristina se dio cuenta de que su esposo estarían más de una semana en el hospital, el mundo se le vino encima y de inmediato acudió a sus redes sociales y las de sus amigos, familia y conocidos para comenzar una campaña de recolección de fondos.
“Me sorprendí gratamente de la generosidad de la gente. Recibimos desde un dólar para arriba y en ese momento todo sumaba”, cuenta.
Y es que esta es otra forma que han encontrado los venezolanos para ayudarse en momentos de necesidad, cuando de una enfermedad se trata.
Ya se ha hecho común ver por redes sociales las campañas de recolección, no solo de dinero, sino de insumos y medicinas.
Mientras tanto, persiste la dura realidad del sistema público de salud en Venezuela.
Cifras de la ONG Médicos por la Salud señalan que el desabastecimiento de insumos en los quirófanos de los hospitales supera todavía el 70%, mientras que en el área de emergencias la escasez es de 46,2%.
Por su lado, la Federación Médica Venezolana (FMV) ha denunciado reiteradamente que, en los hospitales, falla constantemente el servicio de agua y de electricidad, así como la dotación de medicinas, equipos quirúrgicos, camillas, además de la infraestructura.