No es fácil ponerse en los zapatos de otro, menos cuando ese otro es una persona en situación de calle, por eso en Venezuela Sin Filtro mostramos la otra cara de la indigencia
En un experimento social, nuestra corresponsal Natalia Roca vivió en carne propia, lo que significa ser indigente por un día en Caracas y mendigar en una Venezuela sumida en crisis.
Lo primero que consiguió nuestra reportera es que la pobreza y el hambre es el pan nuestro de cada día de los indigentes, son personas que por alguna u otra razón terminan viviendo en la calle, comiendo de desperdicios, viviendo en plaza y peleándose por las sobras.
En especial para Impacto Venezuela, la periodista Natalia Roca cuenta cómo fue su experiencia como indigente en las calles de Caracas.
Conversó y escuchó las historias de personas que jamás imaginaron que iban a terminar en la calle comiendo basura y sin un techo para protegerse.
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Pelear por sobras
Roca recorrió las calles de Caracas, donde encontró a varias personas durmiendo en las aceras y cocinando en las plazas.
Habló con ellos para conocer sus historias y descubrir que muchos son víctimas de la pobreza extrema, la falta de empleo y acceso a servicios básicos como la salud y la educación.
“Nunca me imaginé estar en un basurero, porque yo criticaba, pues yo trabajaba”, dijo una de las personas en situación de calle.
En una plaza pública en El Paraíso, al oeste de la ciudad, hubo tensión y conflictos entre habitantes de calle por hambre, las sobras son un festín para quienes no tiene qué comer.
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