Este 4 de octubre el estado sufrió una interrupción récord del servicio eléctrico de hasta 20 horas en algunas parroquias, y Corpoelec ni se inmuta
Aunque parezca contradictorio, tras un estado de sol resplandeciente y calor extremo, se muestra una cara oscura, eso ocurre en La Guaira, donde en los últimos meses se ha vuelto costumbre permanecer en tinieblas por la carencia de un servicio básico como es la electricidad.
Son frecuentes las quejas y reclamos de comerciantes y habitantes de las parroquias del estado por la interrupción del flujo eléctrico hasta por 20 horas al día, algo que viene ocurriendo por lo menos una vez cada semana, y la empresa responsable de brindar el servicio, la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), no da una explicación clara ni sensata. Sabemos de la inestabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), la reducción de generación del Guri y otros factores, pero en el litoral central los habitantes ya no creen en versiones oficiales y hablan hasta de saboteo y negligencia.
Carayaca a oscuras
Ya sea por fallas en el sistema eléctrico o por mantenimiento programado, es habitual que la parroquia Carayaca cada semana se quede sin luz. O es por la naturaleza u obra de funcionarios caprichosos de la empresa estatal, pero sucede.
Se preguntan por qué no se va el servicio como en otras partes del país, con un promedio de dos horas. Los habitantes de esa parroquia se alarman cuando empieza a fallar la electricidad porque por lo menos se suspende el servicio ocho horas.
Primero las versiones oficiales anunciaban que eran por fallas en transformadores o algunos cableados, luego que era por mantenimiento preventivo y labores de pica y poda, para finalmente en las últimas semanas presentarse fallas reiterativas en la Planta de Generación Eléctrica Picure.
Lo más extraño, y que genera suspicacia, es que siempre que se dan esos sucesos prolongados de corte eléctrico se inician desde tempranas horas de la madrugada, cuando no hay presuntamente recarga eléctrica en los tendidos. Comerciantes consultados señalan que no solo dejan de vender sino que pierden hasta productos por falta de refrigeración, y lo peor es que ya están resignados y han “normalizado” la situación.
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De la iluminada cuarta a la oscura quinta
En la extinta cuarta república, desde la planta termoeléctrica “Ricardo Zuloaga”, conocida como Tacoa, en el sector Arrecifes del litoral occidental, se generaba no solo electricidad para el Departamento Vargas (luego municipio y ahora estado) sino para también para todo el Distrito Federal y la mayor parte de lo que hoy es la Gran Caracas.
Luego de la tragedia sucedida en 1982, cuando explotaron dos tanques de combustible y murieron más de 180 personas, su generación eléctrica empezó a mermar, hasta lo que es hoy, en la quinta república, solo una “caricatura” de lo que fue en otrora. En parte por la falta de recursos, también por no tener mantenimiento adecuado y hasta por desidia institucional. Cuestión no particular solo de la región, sino que se ha extendido a todo el país, estamos claro, pero que no se justifica por lo que significó en el pasado.
¿Con qué se sienta la cucaracha?
Lo más sorprendente es que La Guaira ha sido decretado Zona Económica Especial para que atraiga inversiones extranjeras, esto por su potencial agrícola y, sobre todo, turístico, y ni siquiera puede estabilizar sus servicios básicos.
En la actualidad se está construyendo otra “cinta costera” en Catia La Mar, a la orilla de la playa, para precisamente darle más vistosidad e incluso generar empleos al estado. ¿Nos preguntamos si esto está coordinado con empresas estatales de servicios como Cantv, Hidrocapital y Corpoelec?, lo cual no solo es lógico sino de perogrullo.
La situación de crisis eléctrica de La Guaira es obvio que escapa ya de Corpoelec, por tanto autoridades como la Gobernación y el Ejecutivo Nacional deben tomar cartas en el asunto, sino ni los chinos vendrán.
