Pactos con el diablo son los que supuestamente mantienen vivos a los pandilleros salvadoreños
Las pandillas de El Salvador, conocidas como maras, son grupos criminales que operan en el país centroamericano desde hace décadas.
Las más poderosas son la Mara Salvatrucha 13 (MS-13) y el Barrio 18, que se dividen en dos facciones: los Sureños y los Revolucionarios.
Estas maras se dedican al narcotráfico, la extorsión, el sicariato y otros delitos, y se enfrentan entre sí por el control de los territorios.
Para pertenecer a estas pandillas, los jóvenes deben pasar por un proceso de iniciación que implica rituales y pactos con el diablo.
Según testimonios de ex miembros, estos rituales incluyen tatuarse el cuerpo con símbolos de la mara, jurar lealtad absoluta al grupo, participar en actos de violencia y someterse a una golpiza colectiva.
Además, algunos pandilleros aseguran haber hecho pactos con el diablo para obtener protección, poder y riqueza.
Estos pactos se realizan mediante oraciones, ofrendas, sacrificios y ritos satánicos.
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