El regreso a clases presenciales no “es una temeridad” de Maduro, aseguran sindicalistas del sector educación. Sostienen que en Venezuela no hay cómo volver a las aulas si no se garantiza el derecho a la vida
La falta de mantenimiento, fallas frecuentes de los servicios públicos y no existencia aún de un programa de bioseguridad. Son los tres elementos que argumentan los gremios de la educación para afirmar que no están dadas las condiciones para el regreso a clases presenciales.
Comentario por separado merecen las precarias condiciones económicas del sector educación. Sus sueldos apenas llegan a dos o tres dólares.
En este sentido, la posición de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv) es firme. “En Venezuela no hay garantía de regreso a clases bajo ninguna modalidad”. así lo destaca un comunicado de la institución, reseñado por el diario La Nación.
“Al no remunerar la labor, el Estado ha roto unilateralmente la relación de trabajo. Por esta declaramos la emergencia laboral en las universidades venezolanas”, agrega el escrito.
También llaman “los agremiados a no aceptar trabajar en condiciones de oprobio, ni bajo amenaza. Destaca que “no es aceptable recurrir a medidas coercitivas para el regreso a las actividades bajo cualquier modalidad. Esto, mientras no se creen las condiciones materiales indispensables que la hagan posible”.
Estas condiciones son: salario digno, ambiente sano (bioseguridad), servicios (incluido acceso a internet) e insumos (equipos y material didáctico).
Y no solo las universidades hace ese pedido. Los gremios educativos de todos los niveles se unen al llamado.
Docentes, sindicatos y federaciones dicen que no hay condiciones de infraestructura, ni de bioseguridad, especialmente, para volver al aula. Consideran, en general, que se hace necesario, en primerísimo lugar, una planificación formal e integral que englobe todos los factores que pueden incidir en el éxito del programa de reincorporación a las aulas.
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Mas obstáculos
Y agregan más obstáculos: Tampoco hay dotación de material didáctico. La mayoría de las instituciones educativas no cuentan con vigilante, o por lo menos con rondas policiales para mantener el poco material que queda resguardado. Esto significa un alto riesgo de pérdidas por exponerse a la delincuencia.”
Reiteran que es necesaria una planificación bien revisada. Se deben tomar en cuenta las condiciones existentes en el contexto educativo para recibir a los estudiantes en todas las modalidades educativas. Y sobre todo, se debe dar cumplimiento adecuado de todas las medidas de bioseguridad dispuestas por las autoridades de salud.
Los docentes señalan que, para un reinicio de actividades seguro, es necesario que se cumpla con un distanciamiento físico . “Esto resulta difícil cuando se trabaja con niños de primaria, que juegan entre sí, con mucho contacto físico. Además, además de que comparten objetos como sacapuntas, borradores y hasta el envase del agua para beber”.
Una temeridad
El presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), Orlando Alzuru, dijo que el regreso a clases es una temeridad del gobierno. “Hay ciertas condiciones que se deben cumplir. En primer lugar, el derecho a la vida”.
Asegura que aquí no hay normas de bioseguridad en los planteles. Por ejemplo, “hemos denunciado que en Venezuela hay planteles que tienen un baño para 800 personas. Esto significa condiciones higiénicas deplorables. Y eso, a lo mejor en este momento, se ha agravado”.
“El Ministerio tiene a su cargo unos 25 mil planteles, en todo el país. Yo dudo que tenga la capacidad de habilitar esos plantes para garantizar la bioseguridad, para garantizar la vida”, alertó.
Todo eso tiene que estar bajo control, enfatiza Alzuru. “Si no hay ese control no puede haber un regreso a clases. Esto, aunado a los problemas que tiene el docente que no tiene ni para para el pasaje”.
