Una pareja de venezolanos se adentró en el mundo de la fabricación de quesos, ganando clientes y estrechando lazos con los amantes de la comida
Una pareja de venezolanos conquista paladares en Guatemala fabricando queso blanco con ese toque de la tierra que los vio nacer. Este emprendimiento familiar no solo es un medio de subsistencia; sino que se convirtió en un “puente entre culturas”.
Cuando Joachim y Dalia, dejaron su natal Venezuela, no se imaginaron que conquistaría los paladares guatemaltecos, quienes abrazaron los sabores venezolanos.
Para esta pareja, el queso venezolano, no solo es un tributo a sus orígenes, “sino que también generó conversaciones y conexiones dentro de la comunidad venezolana en Guatemala”.
Lea también: ¡RANKING TASTE ATLAS! La guasacaca entre los 50 mejores aderezos del mundo
Un proceso hecho con amor y dedicación
Joachim pasó de ser abogado a estudiar, prepararse y hacerse un maestro en la fabricación de queso.
Joaquín invirtió en la compra de leche para preparar queso y reinvirtió lo ganado hasta lograr la capacidad de producción que tiene hoy.
La elaboración comienza con leche de la más alta calidad, que se recoge y transporta cuidadosamente al taller. A medida que la leche llega, “se somete a un meticuloso proceso de pasteurización para garantizar su seguridad y calidad. Una vez pasteurizada, la leche se calienta suavemente, permitiendo que los cuajos y el suero se separen. Es esta mágica separación la que crea la base de una deliciosa mozzarella”, reseña el portal de Acnur.
En este negocio familiar todos tienen un papel que desempeñar, “desde remover la leche hasta que el queso se separa, hasta limpiar el equipo pesado, atender a los clientes y etiquetar los productos. Esta empresa es un esfuerzo en equipo”.
Conquista de paladares
Este emprendimiento conquistó los paladares. “A los guatemaltecos les encanta la comida y han estado muy abiertos a probar cosas nuevas. Al ver nuestra bandera, venían a saludarnos, curiosos por probar nuestros productos”, explica Dalia.
El queso venezolano ganó terreno entre los venezolanos y guatemaltecos, convirtiéndose un testimonio de éxito, de trabajo, con amor y la unión con la comunidad que los recibió. Esta pareja está unida con su comunidad a través del amor a la comida.
