Organizaciones de trabajadores se unen en una Convergencia Sindical y Social, rechazando al gobierno petrista y exigen respeto por sus independencias
Los sindicalistas colombianos están divididos entre quienes respaldan su gestión y los que prefieren ser más cautos con su apoyo.
Según un comunicado, se conformó la Convergencia Sindical y Social Independiente, colectivo del que ahora hacen parte dirigentes de la CUT y la CGT, entre otras organizaciones sindicales con tradición en el país.
“Nuestro criterio no significa una oposición al gobierno del presidente Gustavo Petro, en consecuencia, rechazamos todo intento de señalarnos como aliados de sectores de extrema derecha o cualquier otra expresión extrema, solo por el hecho de defender que el sindicalismo y los sectores sociales deben actuar con sentido crítico, autónomo e independiente”, se lee en uno de los pronunciamientos.
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También dejan claro que no comparten declaraciones atribuidas a las centrales obreras y que muestran un apoyo irrestricto a la administración del actual Jefe de Estado.
“Es totalmente incoherente que las consignas de lucha esgrimidas anteriormente para las movilizaciones y defensa de los trabajadores y la población en general tengan que abandonarse como lo han manifestado abiertamente reconocidos dirigentes de las centrales obreras con la teoría del respaldo incondicional a este gobierno y renunciando incluso a la movilización frente a las medidas contrarias a nuestros intereses”, se agrega en esa comunicación que, entre otros dirigentes, firman Diógenes Orjuela, Laura Munévar y Jorge Díez, reconocidos líderes sindicales.
Divisiones y choques
Los sindicalistas enfatizan que no apoyan las marchas de este 15 de noviembre en respaldo a Petro y a su vicepresidenta, Francia Márquez, y que –por el contrario– deben ser rechazadas porque sería una forma de darle validez a temas como la reforma tributaria, que consideran una medida regresiva que golpea a la clase media.
En otro pronunciamiento dicen que “La Central General de Trabajadores CGT está manipulada en sus decisiones por un grupo que hace parte de la conducción nacional, quienes, por quedar bien con funcionarios del gobierno, se han convertido en correa de transmisión, sometiendo a la organización a la pérdida de su autonomía e independencia, la cual debe prevalecer frente a cualquier gobierno en particular”.
Paradójico que este primer gobierno de izquierda en Colombia– no tenga el apoyo total del sindicalismo.