Quienes venden su cuerpo no se escapan de la violencia que invade las calles de Caracas, parte de la comunidad trans que lleva en su piel cicatrices por defender su territorio.
Las noches caraqueñas, además de ser aparentemente pacíficas, encierran su lado sórdido.
Calles oscuras y no tanto. Lugares “conocidos” por los que buscan placer por algo de dinero, están llenos de historias de “trans” que viven en permanente peligro.
Nuestra compañera Paola Pino conversó con ellos, y además, ingresó a uno de sus lugares de trabajo donde hasta por 2 dólares pueden perder la vida.