Con mucha frecuencia vemos como el secuestro es utilizado junto a dos supuestos sinónimos que no son tales, sino que tienen significados totalmente distintos. Ellos son rapto y plagio. Pasemos a analizar cada uno de ellos
Nunca es tarde para reflexionar, no solo acerca de nuestro idioma, sino también acerca de nuestra jerga específica de cada rama del periodismo.
Hay que comenzar afirmando que el idioma es un ser vivo que siente, se alimenta, cambia, se debilita y frente a esa realidad diaria, tenemos que plantearnos dos cosas: no ser tan puristas con el lenguaje, pero tampoco tan groseramente permisivos.
Digo esto porque hay un principio universal que “cualquier término es válido siempre y cuando permita la comunicación”. Y eso es cierto pero es peligroso porque atenta contra la pureza de nuestro idioma.
Hecha está aclaratoria voy a hacer una referencia corta acerca del que es posiblemente, el término más inadecuadamente utilizado en el periodismo de sucesos: El Secuestro.
Con mucha frecuencia vemos cómo este término es utilizado junto a dos supuestos sinónimos que no son tales, sino que tienen significados totalmente distintos. Ellos son rapto y plagio. Pasemos a analizar cada uno de ellos.
Concretamente, el delito de secuestro se configura cuando el o los secuestradores solicitan un beneficio que puede ser dinero u otra recompensa, para el que secuestra o beneficio para un tercero.
Hablamos rápidamente de secuestro cuando, por ejemplo, estamos en presencia de una persona que es sometida violentamente a punta de armas de fuego y se la llevan. Hasta allí lo que tenemos es una privación ilegítima de la persona y habrá que esperar el curso de las próximas horas o días, para ver realmente de que se trata.
Si hay solicitud de un beneficio para los autores del hecho, si estamos en presencia de un secuestro. Porque pudiera darse el caso, que la persona sea ubicada posteriormente y se demuestre policialmente que el móvil era la venganza. En este caso, el periodista que asumió el caso como secuestro, tendrá que aterrizar en el peor terreno de desmentirse a sí mismo.
También hay la tendencia a utilizar plagio o rapto como sinónimos cuando se trata de la desaparición de un niño…En este sentido es conveniente dejar claro que si se apoderan de un niño y posteriormente piden algún beneficio por él, igualmente estamos en presencia de un secuestro y no de un plagio.
Ese niño ya es una persona, tal como lo señala claramente,el Código Civil ” la persona de reputa como tal, desde el nacimiento”.
El plagio es un delito distinto al secuestro y se asocia a aquellos casos en los cuales se copia en forma parcial o total una obra, una idea o un propósito. Por otra parte, el rapto hace referencia a aquellos casos cuando un hombre se lleva a una mujer bajo engaño con fines matrimoniales o de libertinaje.
El término” secuestro” también se utiliza inadecuadamente cuando decimos que un avión con cien pasajeros a bordo fue secuestrado cuando cubría la ruta Caracas_ Bogotá. Es sencillamente inadecuado porque los aviones, o se hurtan, o se roban, pero no sé secuestran. Los únicos entes susceptibles de ser secuestrados son las personas. Una sola persona es más importante que un avión. En consecuencia, deberíamos decir que cien personas fueron secuestradas durante un vuelo Caracas_ Bogotá.
Para finalizar voy a citar lo que ocurrió con Richard Boulton, un empresario venezolano y dueño de una línea aérea, ya desaparecida (Avensa)
El fue sorprendido en una finca donde compartía con su esposa y amigos. Varios hombres con armas largas y pasamontañas, lo metieron a un avión y se lo llevaron.
Ese suceso ocurrió un 15 de julio. Exactamente un año después, también un 15 de julio, un grupo se atribuyó la responsabilidad del hecho y solicito la cantidad de 300 millones de dólares.
Y un año después, exactamente, un 15 de julio, el empresario fue liberado…Que análisis podemos hacer frente a este caso? Que posiblemente de hecho estuvo secuestrado desde el momento cuando se lo llevaron, pero periodística mente, teníamos que hablar de desaparición durante ese primer año y de secuestrado a partir del momento cuando los secuestradores solicitaron los 300 millones de dólares.