Si se reanuda el diálogo entre el oficialismo y la oposición, las prioridades cambiarán para poner por delante de los temas políticos, la solución de los problemas de la gente
Casi dos meses después de la última foto de los líderes de las delegaciones del oficialismo y la oposición, para el diálogo, este lunes apareció el dirigente de UNT, Stalin González, asegurando que habría “una pronta”, retoma del proceso.
“Estamos enfocados en buscar acuerdos que fortalezcan y que mejoren la calidad de vida de los venezolanos y que podamos resolver los problemas de fondo”, argumentó González.
Sin embargo, insistió en que además de la solución a los problemas del venezolano, la Plataforma Unitaria persiste en que “haya elecciones libres, justas y transparentes”.
El líder de UNT aclaró que lo que quieren las partes es “lograr acuerdos mínimos para la gente, acuerdos políticos de reinstitucionalización”.
Detalles
Pero ¿Qué hay detrás de este anuncio? Fuentes vinculadas al proceso, quienes pidieron el anonimato, informaron a Impacto Venezuela, que uno de los primeros elementos de esta nueva etapa que “posiblemente no se retornará a México”.
Se insiste en llamarlo así, porque fue en ese país donde las conversaciones quedaron estancadas y los voceros insisten en que se retome en el punto en que lo dejaron.
Asimismo, hay otro detalle que ha cambiado y se trata precisamente las prioridades de las negociaciones. Y es que, anteriormente, se estaban poniendo los temas políticos por encima de los sociales y las encuestas revelaron “el rechazo de los venezolanos” a esta conducta, sobre todo hacia la oposición.
Y casualmente, Tomás Guanipa, miembro de la delegación de la Plataforma, dijo en una entrevista en Televen, que “hay que poner a los venezolanos por encima de las diferencias (…) para echar adelante a Venezuela, solventar la crisis humanitaria y garantizar los Derechos Humanos a la salud y a una vida digna”.
González también dijo algo similar: “Más allá de quienes seamos los que nos sentemos en esa mesa, se trata de escuchar a la gente, más allá de los partidos, a la gente de a pie que necesita que sus necesidades sean escuchadas”.
Noruega, cohabitación y EE.UU.
Otro detalle que resalta de esta etapa de las negociaciones es que Noruega seguiría teniendo un gran peso en el proceso, contrario a lo que se dijo acerca de que la delegación de Nicolás Maduro no quería “nada” con los facilitadores encabezados por Dag Nylander.
La fuente consultada destacó que las conversaciones están pasando también por la “evaluación de elementos como la cohabitación” de los sectores, lo cual tendría que “ser necesaria en una negociación”, si es que se quiere avanzar en el diálogo.
Y en este sentido concuerda el analista Aníbal Sánchez, quien menciona que “las posibilidades de volver a México, pasan por cambios de conducta reflejan el agotamiento de una táctica que no dio resultados” hasta ahora y se trata principalmente en que las partes no se estaban reconociendo.
Sánchez afirma que se trata de “la tesis de una cohabitación con contrapeso”.
Nuestra fuente resalta que de resultar la nueva estrategia, en efecto, el diálogo se va a reanudar, poniendo “atención a la crisis”, lo que “hace imperioso que se llegue a acuerdos”.
La idea es que, tras un “eventual acuerdo, con sus respectivos controles y seguimiento, se concreten inversiones, empresas mixtas o concesiones petroleras”.
Y allí es donde entra al juego Estados Unidos, cuya administración estaría por enviar otra delegación integrada no solamente por el embajador James Story, sino por el exgobernador de Texas Bill Richardson.
Según el informante, miembros del G-4 que criticaban que Joe Biden hablara de la flexibilización de sanciones o de licencias petroleras, habrían aceptado que no hay otra manera de que lleguen recursos para solventar la crisis humanitaria.
