Científicos ya saben la realidad sobre quienes intervienen la fecundación humana
La idea de que es el espermatozoide más veloz es el que logra fecundar al óvulo y generar descendencia es únicamente un mito de la biología.
Ahora se conoce, gracias al trabajo de diversos científicos, que no solo esta “carrera” es falsa, si no que el papel que juega el óvulo en todo el proceso de fecundación es mucho más activo y determinante de lo que se creía antiguamente.
También nos han dicho que una vez que un espermatozoide entra en contacto con un óvulo y lo penetra, este se cierra.
El óvulo está rodeado de una capa exterior translúcida conocida como membrana pelúcida. Esta actúa como una barrera defensora de la célula que la protege de elementos extraños y evita que, una vez un espermatozoide la atraviesa, otros entren a posteriori.
Además, cuenta con una serie de sustancias químicas en su composición que reconocen a los propios espermatozoides y los atrae.
De hecho, sin esta acción atractiva, los gametos masculinos pasarían de largo sin detectar a los femeninos.
Así, cuando los espermatozoides alcanzan el óvulo deben ir rompiendo y debilitando esa membrana, con el objetivo de entrar y fecundarlo.
Sin embargo, los primeros en llegar no lo conseguirán: quedarán débiles y cederán el trabajo a los siguientes.
Es decir, “los más rápidos”, serán realmente los que se sacrificarán para ir debilitando la membrana. Así, una vez la membrana está lo suficientemente debilitada, el espermatozoide puede entrar.
Esto significa que no será el más rápido, si no aquel que se encuentre en el lugar exacto y en el momento adecuado el que contacte con la membrana, la traspase y consiga fecundarlo.
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El óvulo es quien decide
Un estudio publicado por el genetista Joseph H. Nadeau podría darle aún un giro más al proceso. El estudio menciona que el óvulo ejerce un importante papel seleccionador.
Es decir, el óvulo escoge o rechaza los espermatozoides que pueden entrar, una vez la membrana se ha debilitado, según la calidad del ADN que porten.
Este descubrimiento tuvo una gran importancia para la comunidad científica pues, no solo daba una cierta complejidad y trasfondo a la simple ley de aleatoriedad genética de Mendel, si no que rompió con la imagen de elemento pasivo que proyectaba la figura del óvulo.
Fuente. Somos Cosmos